Cristina Nestares: "Ya es hora de que entren caras nuevas"

—¿A qué se piensa dedicar a partir de ahora?
—Quiero devolverle a mis nietos todo el tiempo que le quité a mi hija. Desde que me presenté, por primera vez, a unas elecciones municipales, en 1987, le faltaba su madre. Mi hija tenía 10 años, y con 9 se había quedado huérfana de padre. Luego me fui a la Universidad y dejé la política activa y, desde 1999 que volvía al Ayuntamiento, hasta ahora, he estado más fuera que en la casa. Por otro lado, tengo una vida cultural bastante amplia. Soy miembro de todas las asociaciones culturales y pago mis cuotas, de la Económica, del Foro, de los Amigos de los Castillos... Haré más viajes que nunca, pues cuando han surgido viajes que me han apetecido no he podido ir. Pero mi familia es lo primero.

—¿Tenía claro que iba a dejar la política activa?
—Sí. Cuando el alcalde me llamó le dije: “Mira, José Enrique, creo que te he dado con creces amistad y trabajo, pero ya va siendo hora de que entren personas nuevas”. Creo que lo voy a sentir muchísimo porque ha sido mucho el tiempo que me he dedicado a la política, desde la época del CDS. Yo leo los periódicos porque me gusta enterarme de lo que pasa en mi ciudad y si no continúan con algo de lo que yo estaba haciendo me dará pena y si no se logran los objetivos que me propuse también me dará pena. Me voy y vuelvo a la sociedad en la que estaba. Pero si el partido necesita que le preste mi ayuda, lo haré.

—¿Cómo considera que ha sido su paso por la política?
—Creo que ha sido una etapa agridulce. Entré en la política como un servicio que prestaba al ciudadano. He sido gestora, más que política. He luchado por unas ideas del partido, pero he procurado atender a la gente en sus reivindicaciones y necesidades. Me siento muy contenta de que he hecho todo lo posible por agradar a la gente. No siempre he tenido todos los apoyos necesarios, pero cuando se está en un partido y en un equipo de Gobierno cada concejalía tiene sus necesidades y sus limitaciones.

—¿Cuáles son las asignaturas pendientes que deja?
—Me voy con pena porque, en estos últimos cuatro años, no se ha comprado un solo libro para las bibliotecas públicas. Otra pena muy grande con la que me voy es que en la legislatura anterior el Partido Socialista se cargó los premios literarios y no los pagaron. Cuando yo llegué, no había dinero y volverlos a convocar para no pagarlos era crear falsas expectativas. En los de Pintura Rápida no podía convocar un concurso si no pagaba el anterior, pero conseguimos que la Cámara de Comercio y el ganador se pusiesen de acuerdo y finalmente se pagó el premio que se adeudaba. Luego conseguimos patrocinio privado. A mí no me han dolido prendas de pedir dinero; todo el tiempo lo he hecho.

—¿Cuáles son los logros realizados que más valora?
—Estoy muy orgullosa, aunque no se ha conseguido, de intentar que la Catedral sea Patrimonio de la Humanidad. Se ha invertido mucho dinero en ello. El informe negativo fue un jarro de agua fría y, en este sentido, me voy desencantada. También me siento muy orgullosa del Nuevo Teatro Infanta Leonor, que se hizo porque yo me impuse.

—¿Qué quiere decir?
—Que en Jaén había necesidad de un gran teatro, porque el Darymelia se quedaba chico. Mi idea era que se hiciese en el solar de la vieja cárcel porque era el mejor sitio de Jaén, pero los Amigos de los Iberos querían allí el museo y se llevaron el gato al agua. Un teatro allí hubiera sido espectacular. El Infanta Leonor se hizo porque puse todo mi tesón en conseguirlo, pues había muchos problemas.

—¿Algún otro logro?
—De la iluminación del Castillo de Santa Catalina estoy superorgullosa. Porque la de la Catedral se hizo con ayuda de CajaSur y la del Castillo la hicieron la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén, que, en aquel momento estaba el Partido Andalucista y con ellos pudimos hacer un montón de cosas. Insisto, me siento superorgullosa de la iluminación del Castillo.

21 may 2015 / 09:57 H.