Cristianos obligados a huir de sus casas
Puede parecer que lo que sucede en Irak se ve con distancia por la sociedad, pero todo el que se considere cristiano, tiene la piel de gallina solo de escuchar las noticias y ver que ni siquiera la presión de Estados Unidos, los bombardeos, han podido frenar el drama humano que se sucede allí. Antes del año 2003, el número de cristianos en Irak era de casi un millón y medio de personas, ahora están en peligro de extinción. El que puede, coge a su familia y escapa de allí, ante el temor a una muerte más que segura.
En muchos lugares, quedarse en su casa significa perder la vida crucificado o enterrado vivo, mientras Occidente (según denuncia el Patriarca de Bagdad) mira hacia otro lado. La persecución de cristianos en Irak y en Siria es brutal. Nadie debería escapar de su hogar por motivos religiosos. No es solo una cuestión elemental de defensa de los derechos humanos, sino porque de manera tradicional, los cristianos han tenido un papel catalizador en los conflictos muy importante. Median en las disputas e interceden para la paz. Su presencia es un factor pacificador a la hora de integrar a minorías.