Crisis y población ponen en peligro el sistema público de pensiones

La crisis económica actual y, sobre todo, el paulatino envejecimiento de la población activa en España ponen en peligro el sistema público de pensiones. El consenso político previo sobre este modelo permite campear el temporal monetario gracias a los superávits de años anteriores y a la decisión de mantener y aumentar el fondo de reserva.

    01 feb 2010 / 15:03 H.

    De hecho, en las próximas semanas se dotará esta “hucha” colectiva de 2.000 millones de euros, con lo que se alcanzará la cantidad de 62.000 euros. Esta necesaria provisión, no obstante, es insuficiente porque la previsión demográfica sitúa que la mitad de la población española será inactiva a partir del año 2049. Con estos datos el Gobierno mueve ficha y plantea prolongar la edad de jubilación, fijada actualmente en los 65. La pretensión deberá contar con el mismo consenso que en su día tuvo el Pacto de Toledo y requiere, de igual forma, del análisis de los sindicatos y de las peculiaridades de cada profesión. No tendría sentido que la ampliación de la vida laboral fuera obligatoria. De cualquier manera, los datos de envejecimiento de la población constatan que es preciso maniobrar con agilidad para adaptarse a este cambio de la pirámide de población y preservar un modelo que es una conquista del Estado del Bienestar. En estos momentos, y según los pronósticos del propio Ejecutivo, las prestaciones están garantizadas hasta 2030. De ahí la importancia de establecer una agenda de variaciones y reformas que no pongan en peligro las pagas. Mas los “sacrificios” que se plantean al trabajador deben estar en consonancia con políticas de austeridad de las administraciones y con una gestión del dinero público más exigente. En este contexto, las ayudas recibidas por los bancos y las cajas de ahorro en los últimos meses no son aleccionadoras, sobre todo si se tiene en cuenta que siguen cerrando sus balances con superávit.