Crisis espiritual o impotencia terrenal
Desde Mengíbar. Cuando estamos inmersos en la Semana Santa, en esta semana grande para los cristianos, en que recordamos la pasión, muerte y resurrección de Jesús, en mi interior recorre una extraña sensación que por muchas vueltas que le doy la cabeza, no llego a encontrar explicación alguna. Cuando desde el Domingo de Ramos, las Cofradías y sus cofrades no hacen más que mirar al cielo, y controlar la meteorología a través de las informaciones en los distintas páginas de internet; cuando asomarnos a cualquier cadena de televisión supone contemplar las lágrimas de miles de cofrades y costaleros, ante la imposibilidad de poder procesionar a su Imagen, por la persistencia de la lluvia.
Mientras todo esto está ocurriendo, aquí, en un pequeño pueblo de la geografía jiennense se ha dado lugar a que una imagen no salga en procesión. Como presidente de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Mengíbar, me veo en la obligación moral de hacer público un relato de hechos en el que nos vemos inmersos, y del que, al parecer, se nos está haciendo partícipes, cuando a lo sumo podríamos ser auténticos convidados de piedra.
Esta cofradía fecha 20 de marzo de 2012, y con registro de entrada 2517/2012, presentamos ante el Obispado de Jaén, Expediente para Solicitar Permiso para aceptar la Donación de Objetos Sagrados, concretamente la Donación de una Imagen de la Santísima Virgen en su advocación de la Esperanza Trinidad, para poder procesionar en la madrugada del Jueves Santo junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno.
A partir de entonces, se comienza a tramitar el expediente y desde la Secretaria General del Obispado, y del señor Vicario General, se remiten escritos al párroco y capellán de la Cofradía, quien los contesta. La cofradía, a partir de la solicitud, poco ha de hacer, pues conforme al Decreto de Imágenes Sagradas, se precisan de una seria de actuaciones como una Bendición Especial de la Imagen para la Veneración Pública, entre otras. Después de un año esperando, el señor arcipreste, el día 4 de marzo del corriente año (hace 24 días), cita la junta directiva de la cofradía, en la parroquia de Mengibar, y nos informa que el señor vicario general, le ha comunicado, (en fecha 14 de febrero), que el expediente estaba por completar, y que sin ultimar, podría haber problemas para que la imagen de la Virgen pudiese procesionar este año. Aún con plazos muy cortos de tiempo, mantuvimos reunión con el delegado de Cofradías en el Obispado, y con nuestro Párroco, e incluso, con fecha 23 de marzo le enviamos al señor vicario general un escrito, por correo electrónico, dónde, al menos le pedíamos tuviesen, a bien, para autorizar provisionalmente, la salida de la imagen para este año, aunque después se ultimara el expediente. Tenemos conocimiento de que desde el Obispado y la parroquia, durante estos últimos días se han tenido comunicaciones y escritos, solicitando la autorización para la Bendición Especial, la dispensa para no tener la obligatoriedad de permanecer la imagen en el templo todo el año (aquí, en Mengíbar, la mayoría de las imágenes que procesionan, durante el año están en casa de hermanos-cofrades). Pero, lo cierto es que, llegada la hora de la procesión, Nuestro Padre Jesús Nazareno no salio acompañado de su Madre, e imposibilitando poder hacer el tradicional y centenario “encuentro” en silencio y arropados bajo la melodía del “Stabat Mater” en la madruga.
Lo que no voy a entender nunca, es cómo puede ser posible, que encontrándonos en el mundo donde las telecomunicaciones permiten una relación instantánea, sea precisamente la burocracia, en este caso la de la Iglesia, la que impida favorecer el fervor del pueblo en la calle, pues no podemos olvidar, como cristianos, que precisamente nuestras arraigadas procesiones de Semana Santa no son sino una exaltación y proclamación de la fe.
Por ello, y haciéndome eco del título, quedo perplejo y atónito, no sé si esto es crisis espiritual o impotencia terrenal.
Pedro Iglesias Iglesias (Presidente de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno)