Cortijos al alcance del bolsillo
Ignacio Frías /Jaén
El turismo rural no cesa de ampliar su oferta con propuestas cada vez más sugerentes, singulares e interesantes. Este es el caso de las haciendas andaluzas, un activo patrimonial, puesto a disposición del turismo, según se recoge en el libro La luz del Sur, que edita la Asociación de Haciendas y Cortijos.
La fórmula funciona y se extiende como la pólvora.

El turismo rural no cesa de ampliar su oferta con propuestas cada vez más sugerentes, singulares e interesantes. Este es el caso de las haciendas andaluzas, un activo patrimonial, puesto a disposición del turismo, según se recoge en el libro La luz del Sur, que edita la Asociación de Haciendas y Cortijos.
La fórmula funciona y se extiende como la pólvora.
De las veinte haciendas y cortijos iniciales que se incluía en la primera edición del libro La luz del Sur, en la segunda edición que se acaba de presentar la cifra asciende a setenta. La mayoría de estas edificaciones se encuentran en la campiña sevillana. De la provincia de Jaén sólo hay tres: los cortijos Convento de Santa María de la Sierra, de Carzola; El Olivar de la Tramaya, de La Iruela, y La Viña, de Torredonjimeno. Todos ellos están integrados en la Asociación Haciendas y Cortijos de Andalucía, que preside el jiennense José Manuel Ledesma, que fue Premio de Turismo de Andalucía 2008 por la puesta en valor de un producto singular y único para el turismo. Añade que en Andalucía hay censadas más de 700 haciendas y grandes cortijos. De ellos, unos 200 están en ruinas, pero continúan con la explotación agrícola.
“La asociación une los intereses de empresarios en recuperar un patrimonio arquitectónico rural único y ponerlo en explotación para el turismo, como un valor añadido a la explotación agraria o ganadera de la finca”, manifiesta José Manuel Ledesma. En todo caso, aclara, se trata de un producto distinto al alojamiento rural. “Vamos a poner en marcha una campaña con el lema Haciendas y cortijos de Andalucía al alcance de todos. Porque no es cierto que se trate de un producto inaccesible. Si se mira la tarifa de precios se podrá comprobar que son muy similares a los de cualquier otro destino rural”.
También precisa José Manuel Ledesma que la oferta de cada hacienda es diferente. Unas sólo se ofertan para la celebración de convenciones, celebraciones sociales o espectáculos ecuestres o taurinos. Otras, sólo se centran en la gastronomía por alguna singularidad, o incluyen también la estancia, o sólo el alojamiento. Las fotografías del libro-guía han sido realizadas, a todo color, por el fotógrafo Fernando Sánchez-Covisa Garay.