Corriendo tras él
Etapa 9. Julio Rodríguez y Alberto Parejo afrontan la recta final de un reto apasionante por la memoria de Víctor Araque. Los dos deportista recorren 30 kilómetros entre Hornos de Segura y Trevejiles.

"ería imposible explicar lo que ha supuesto perder a Víctor. No tenemos recursos para ello ni tampoco existen palabras certeras. Sencillamente decimos que nos quedamos cojos. Que hemos perdido el motor de muchas cosas y que aún necesitamos tiempo para resituarnos y seguir adelante. Reencontrarnos con Víctor en este proyecto es un empuje para seguir con todas las ideas y proyectos que se cercenaron en Senegal hace 16 meses. Nos reconforta, nos consuela. Llámalo como quieras, entiéndelo o no, pero aquí estamos. Corriendo tras él. Por eso cada vez que nos volvemos a poner las zapatillas, cada mañana, es Víctor el que nos empuja. No importa lo que hagamos, sino cómo lo hagamos. Paso a paso rememorando aventuras. Buscando con la sencillez del camino la memoria del mismo, su cultura serrana. Intentando generar algo positivo de lo que, en su origen, lo que nos trae aquí, no lo es. Así era Víctor. Todo corazón. De todo esto hablamos mientras recorremos el tramo precioso que bordea el Tranco desde Hornos hasta la presa. El día es hasta algo cálido y lo agradecemos mientras remontamos hacia el Guijarrón. Nos ofrece una vista, hoy sí, privilegiada. Los buitres nos sobrevuelan imponentes. Descendemos a través de una senda algo perdida que no nos gusta mucho y que, finalmente, da a un carril. Por ese punto ya voy muy tocado. Una fuerte contractura en el cuádriceps me impide correr al ritmo debido. Me duele y no me preocupa el hoy, sino los próximos dos días. El dolor, tras nueve etapas, ha llegado para quedarse. A pesar de todos los parones vamos al ritmo de siempre. El momento es propicio para recordar la frase que Víctor usaba muchas veces, “Vivir libre es vivir a muerte” y que describía lo que muchas veces veíamos en él. Pensábamos que su forma de vivir era como si no hubiese mañana, que vivía con una intensidad fuera de lo común. El 19 de julio del año pasado empezamos a entender que era otra más de sus lecciones. Vivía libre, dedicando el tiempo a lo que más le apasionaba y dando todo por los demás. Cada uno conoció una de sus facetas pero el denominador común era su gran corazón; un corazón enorme. Alberto empieza a notarse fatigado, quizá por la acumulación de carga. En Trevejiles nos esperan para llevarnos al alojamiento. Al llegar nos miramos y ya sabemos lo que toca hasta el final. Víctor le encantaba citar a Ken Chlouber y viene como anillo al dedo en los 73 kilómetros restantes: “Hazte amigo del dolor y ya nunca más estarás solo”. Vamos a disfrutarlo porque Víctor nos empuja".