Convivencia y diversión bajo un cielo de agua y luz

El tiempo —la situación meteorológica— “mandó” en el segundo día de la Feria de San Lucas. Arriba, en un cielo que pasaba de nubes grises a sol intenso en minutos, estaban las miradas de los jiennenses, preparados para refugiarse en las casetas o sacar los paraguas a poco que apareciese el agua, protagonista durante buena parte de la celebración: casi veinte litros en la capital. Uno de los grafitis en el recinto “Alcalde Alfonso Sánchez Herrera” reza: “No hay necesidad de fuego”. El texto resultó —por cómo se dio la jornada— irónico, pues a partir de las dos de la tarde ya asomaban las primeras gotas de lluvia. La gente estaba preparada: más de uno tenía a punto chaquetas o jerséis de manga larga.

13 oct 2014 / 10:32 H.

El cielo —repleto de nubes a la hora de la comida— inquietaba. Parecía que las precipitaciones ganarían intensidad. “La cosa va mal, como el tiempo”, lamentó el vendedor de una bodega de vinos; la clientela brillaba entonces por su ausencia. Había, en tanto que feria, bullicio, movimiento. Madres e hijas vestidas de sevillanas, estudiantes locales encantados de ejercer de anfitriones con la “comunidad Erasmus”. “Picture —foto, inglés—, picture”, le instaba una joven a un colega extranjero para posar e inmortalizar el momento. 

Las escenas de convivencia reinaban en las casetas. Francisco Almagro y su pareja, Inmaculada Ramiro, disfrutaban de la comida —en el local patrocinado por Diario JAÉN— acompañados con sus cuatros hijos, Álvaro, Iván, Alejandro y Guillermo. “Es nuestro primer día en la feria. Va bien. De momento”, puntualizó la madre, la mirada hacia arriba, como todos.
Lució, sin embargo, un sol estupendo a partir de las tres de la tarde, como si San Lucas hubiese despejado el cielo. La familia Huete Castillo no tenía reparos en mostrar su felicidad alimenticia. Idéntica estampa en la caseta de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío: decenas de personas comían y bebían con vatios de folclore andaluz de fondo. Francisco López pasaba un buen momento con su familia en la caseta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Jaén. No perdieron el tiempo miembros de UPyD, que aprovecharon, como ya hicieran el año pasado, para repartir abanicos de plástico con las siglas del partido magenta, una técnica de márquetin tan peculiar como útil para darle más visibilidad a la formación. Recorrieron el recinto diferentes decenas de caballistas —bella imagen tradicional de feria— mientras parejas y familias poblaban, poco a poco, las mesas de las más de 80 casetas. “Yo no soy el más joven de mi grupo”, expresó Juan Gómez a lomos de su caballo después de posar, junto con otros compañero, para Diario JAÉN.
El apetito de un nutrido grupo de alumnas de cuarto de Secundaria del colegio Guadalimar no se discute: los platos quedaron vacíos tiempo después de que los cocineros de Farolillo Rojo se los sirviesen. En la misma caseta estaba Francisco Pereira, que lo pasó en grande con amigos de Puerto Alto, como las familias Carmona y Ferrer Martínez.
tormenta. La lluvia regresó, con fuerza, a las cuatro: la gente corrió en busca de un techo. El cielo recuperó, otra vez, nubes negras y el frío obligó a recuperar los jerséis. Todo pasó en menos de una hora: volvió el astro rey y hubo bailes de alegría en casetas como la de Treintaitantos. El tiempo, “loco”, no impidió festejar San Lucas.