Convivencia sin rencillas en las 60 viviendas

Javier Esturillo /Jaén
En las 60 viviendas del polígono de El Valle se respira otro ambiente. Los pationes comunes están limpios, los buzones tienen nombres y apelillos y el alumbrado público vuelve a iluminar el exterior de la urbanización. El trabajo de las administraciones comienza a dar sus frutos.  

    12 ene 2012 / 10:52 H.


    Ha costado sangre, sudor y lágrimas, pero la convivencia “reina” en este residencial del polígono de El Valle. Hasta no hace mucho, las 60 viviendas eran tristes protagonistas en los medios de comunicación por el completo abandono de los bloques, los actos vandálicos y las rencillas entre los vecinos. Desde un tiempo a esta parte, la mediación de una trabajadora social, contratada por la Junta de Andalucía, y las intervenciones de la Delegación Provincial de Obras Públicas, el Ayuntamiento y la Asociación de Vecinos Passo han cambiado por completo el panorama. El bloque A, por ejemplo, hasta ha elegido presidente de la comunidad y tesorero. “No ha sido fácil, pero estamos muy contentos. La verdad es que ahora estamos mucho mejor que antes”, declara José Carrillo, uno de los vecinos.
    Los pasos dados para la normalización de la convivencia han hecho que las administraciones tomen conciencia de la situación y se impliquen más. Así, la Delegación de Obras Públicas se ha comprometido a instalar los ascensores en los cuatro bloques y a terminar las cocheras. Asimismo, mantendrá a la trabajadora social para que culmine el programa que empezó hace un año. Para ello también se creó una comisión de seguimiento, que se encarga de verificar, de manera periódica, que las cosas se están haciendo bien. “La verdad es que, por el momento, no estamos descontentos con el trabajo que se desarrolla. Vemos que, cada día más, la gente de la urbanización se anima a colaborar”, destaca el presidente de  Passo, Antonio Liébanas, quien ha conseguido que jóvenes inscritos en los programas trabajos en beneficio de la comunidad realicen diferentes mejoras en las 60 viviendas.
    El Ayuntamiento también aporta su grano de arena. “Se ha hecho un importante lavado de cara de los edificios, se han pintando en su totalidad, se han instalado vallas y barandas protectoras, mejorado la iluminación, y en definitiva, unas intervenciones que llevan mucho tiempo esperando los vecinos”, subraya el concejal de Mantenimiento Urbano, Manuel del Moral, quien visitó ayer, junto con el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, la zona.            
    paro. Sin embargo, el paro sigue siendo el principal problema para las familias que residen en las 60 viviendas. El 90% de sus vecinos está desempleado. “Nos hemos hecho socios de las oficinas de empleo”, ironiza Jesús Cortés, presidente del bloque A.
    La mayoría de los residentes son parados de larga duración, que sobrevive con los cuatrocientos euros de prestación y con las chapuzas que van saliendo.
    Pagan una media de cuarenta euros al mes por el alquiler de los pisos, además de quince euros de comunidad, algo impensable hasta hace muy poco. “Es una obligación que todos tenemos que cumplir si queremos que las cosas marchen bien”, insiste José Carrillo. Pese a que las 60 viviendas parecen otras, aún queda mucho camino por delante para superar los problemas de otros tiempos no muy lejanos.