Convivencia en una escuela cada día más integradora
Pepi Galera
Papá, ¿qué es la integración?”. Esta pregunta se la hacía una niña esta misma semana a su padre, al salir del colegio, después de leer el cartel que anunciaba la Carrera Popular por la Paz y la Integración que se celebra hoy. Se trata de una palabra que desconocen, pero es un concepto que ponen, sobre todo ellos, los más pequeños, en práctica a diario.
Papá, ¿qué es la integración?”. Esta pregunta se la hacía una niña esta misma semana a su padre, al salir del colegio, después de leer el cartel que anunciaba la Carrera Popular por la Paz y la Integración que se celebra hoy. Se trata de una palabra que desconocen, pero es un concepto que ponen, sobre todo ellos, los más pequeños, en práctica a diario.
En las aulas de los 350 centros educativos de la provincia de Jaén, en las que hay más de 140.000 alumnos, 3.535 son extranjeros. Aprenden, viven y disfrutan completamente integrados. Este porcentaje que parece aún pequeño, se ha multiplicado en los últimos diez años. En el curso 2000/2001, había tan sólo 300. Si se compara con el resto de Andalucía, Jaén participa con el 3,5 por ciento de los 100.597 matriculados en todas las provincias, cifra aún baja comparativamente. La mayoría procede de Marruecos, en un 31 por ciento; seguido de Rumanía, con un 10 por ciento; Ecuador, con un 9,8; Colombia, con un 7,3, y China, con un 3,5 por ciento. Las líneas fundamentales de trabajo de la Consejería de Educación, en este sentido, son la acogida, la adaptación lingüística y el mantenimiento de la lengua y cultura de origen. Para ello, está el Plan para la Atención Educativa del Alumnado Inmigrante que pretende impulsar la formación de una ciudadanía respetuosa con la pluralidad que permita la efectiva integración del alumnado extranjero desde la perspectiva del enriquecimiento mutuo. Para llevar a cabo estos objetivos, Educación pone en marcha, a través de la Delegación Provincial, programas como las Aulas Temporales de Adaptación Lingüística (ATAL), para las que hay 15 profesores en toda la provincia. “Los niños se agrupan por niveles de idioma y, dependiendo de sus necesidades, acuden más o menos horas a esta aula. Lo que se pretende es que aprendan el suficiente español para que puedan seguir una clase con normalidad”, explica la profesora de ATAL Rosa Henares Migueles, que imparte clases en Las Casillas, Fuensanta y Martos. “Es muy gratificante trabajar con ellos porque son muy agradecidos y valoran la sencillez de las cosas”, añade.
El Colegio de Infantil y Primaria San Amador de Martos es el centro con mayor porcentaje de alumnado inmigrante de la provincia. En sus aulas, conviven 15 nacionalidades. “De nuestros 280 alumnos, 72 son extranjeros. La convivencia es magnífica, ya que los niños son todo un ejemplo de integración”, explica el director, Francisco Delgado Vilches. Este mismo centro cuenta también con el único profesor de la provincia del Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí, Bengasser Khoumri. “El objetivo es salvaguardar su cultura de origen. Para ello, en la hora de Religión, se les imparte árabe y se les enseñan costumbres de esta cultura”, afirma el docente. Otro ejemplo de convivencia e integración es el colegio Peñamefécit de la capital. Allí, 30 de sus 329 alumnos son extranjeros. “No puedo decir más que la convivencia es magnífica. Los niños se integran siempre con más facilidad que los adultos”, destaca el director, Salvador Vivo Palomares. En Educación Secundaria, también hay ejemplos de integración y educación multicultural. El IES Albariza de Mengíbar tiene 23 alumnos extranjeros entre los 820 matriculados. “Es un porcentaje bajo y son uno más en cada clase”, asegura su vicedirector, Eduardo Bonilla Hidalgo.