Conversaciones sobre el futuro

El Banco Sabadell ha elaborado unos vídeos publicitarios en los que personajes de prestigio de la vida española dialogan sobre un escenario gris oscuro en penumbra: dos sillones y dos mesas evanescentes estilo retro, una botella y un vaso casi vacíos sobre cada una de las mesas mantienen la emoción de que algo falta.

    16 nov 2011 / 11:28 H.

    Pep Guardiola y Fernando Trueba, en gris, cara a cara, son echados a escena a improvisar sobre el futuro: “Llegaste al futuro que te gustaba cuando estabas ahí. Y ahora, por ejemplo, ¿qué te imaginas?”, dice Trueba. La psicología conductistas intenta comprender el comportamiento humano centrándose en el estudio de las motivaciones mediante la estimulación: un poco de comida, como ejemplo básico. Es preocupante que en el diálogo entre Guardiola y Trueba no se hayan rectificado ciertos aspectos. No se trata del estilo inculto ni del contenido banal (Guardiola: “Lo de los contratos, estar mucho tiempo ligados y que tú estando a disgusto te tienes que seguir estando me angustia mucho, prefiero, yo creo que las cosas, todo lo que mueve, me imagino que en tu profesión sigues haciendo cine después de tantos años, es porque te gusta”. Es textual), sino que en un momento llega a comparar a sus jugadores con perros que se estimulan con un hueso, lo que me recordó los experimentos conductistas de Pavlov. Dice el entrenador: “A los futbolistas les tiras el balón y van todos como locos, como perros al hueso, igual, lo mismo. A los futbolistas tienes que engañarlos para sacar lo mejor de ello”. No los engañas, Pep, ellos saben que el balón es un hueso de santo relleno de cifras con muchos ceros. El alto nivel de perversidad publicitaria del spot se entiende teniendo en cuenta que está patrocinado por uno de los bancos más sólidos de este país (380 millones netos de ganancia en 2010), de ahí que el grado de ridículo que puedan soportar personajes como Trueba o Guardiola sea directamente proporcional a la cifra que figura en el cheque, que a su vez está relacionada con el prestigio del destinatario; a la baja, no obstante, en el momento de la firma del contrato. El diablo siempre se cobra lo que es suyo. Finalmente, la conversación le da hambre a Guardiola: “¿Nos vamos a comer?, ¿el futuro no será comer?”. Teniendo en cuenta el conocimiento que los psicólogos de marketing tienen de nuestras estimulaciones intelectuales, Guardiola puede hasta resultar gracioso; pero, Pep, el futuro será comer en presente para más de un millón de pobres españoles (Cruz Roja equipara la pobreza en Cataluña con la del Tercer Mundo). Seguro que tus planes de futuro y los del Sabadell serán todo un festín. Que os aproveche.
    Guillermo Fernández Rojano es escritor