Consumidores desprotegidos
La indefensión de los consumidores ante las grandes compañías parece consolidarse en España. Lo que es una anomalía peligrosa se extiende sin remisión en cualquier sector. Iberia, ayer. Las compañías de móviles, siempre. Y ahora las eléctricas. España, a pesar de los avatares, es la octava potencia económica del mundo, con todas las garantías de un sistema democrático, y tiene a los consumidores como el peldaño necesario, pero que se pisa sin piedad.
Otros sistemas, no tan lejanos, garantizan los derechos con mecanismos más ágiles para sancionar prácticas abusivas. La dudosa, cuanto menos, tarificación de las compañías eléctricas con lecturas estimativas para no tener que acudir a los contadores cada mes y así ahorrar costes es oscura y, además, lleva aparejada un incremento en la factura, según constatan organizaciones de consumidores como Facua. Tras la avalancha de reclamaciones se esconden casos aberrantes como la del jubilado jiennense que, en teoría, tendría que dar su pensión de 400 euros para pagar el recibo. Lamentable, al igual que la aleatoria penalización por exceso de consumo, y eso está aprobado por el Gobierno. Pero la resolución del problema tampoco mejora. Ahora, la Junta trasladará al Ministerio de Industria el cambio de tarificación y la Comisión Nacional de Energía abrirá una investigación. El Laberinto del Fauno. Mientras tanto, la paciencia del consumidor se altera en llamadas eternas al 902 de turno.
Planificación de Sevillana-Endesa: Recibo de noviembre y diciembre (484 euros) + recibo de enero (8 euros)= Desajuste de la economía familiar