Conjura contra la maldición
José R. Casado / Jaén
El Real Jaén pretende consolidarse entre los tres primeros clasificados del grupo IV de Segunda División B aunque, para ello, debe superar al Guadalajara y obtener un triunfo que se le resiste en casa desde hace dos meses. La baja de Espín, sancionado, abre las puertas de la titularidad a Fabios.
El Real Jaén pretende consolidarse entre los tres primeros clasificados del grupo IV de Segunda División B aunque, para ello, debe superar al Guadalajara y obtener un triunfo que se le resiste en casa desde hace dos meses. La baja de Espín, sancionado, abre las puertas de la titularidad a Fabios.
La última satisfacción en La Victoria se remonta al pasado 23 de noviembre, cuando los jiennenses embellecieron su triunfo sobre el Granada (3-0) con la mejor imagen de la temporada. La afición, entregada, despidió con vítores a sus héroes. En aquel instante, pocos vislumbraron el comienzo de una particular maldición que ha transformado los aplausos en desánimo sólo dos meses después. De hecho, la última escena liguera del equipo en casa, tras el empate con el Écija (0-0), tuvo como protagonista a la música de viento. Con anterioridad, la paciencia de los seguidores ya se vio rebajada con las igualadas ante el Betis B (0-0) y el Marbella (1-1). Al tercer tropiezo, explotaron. Sin embargo, pese al evidente sufrimiento que supone para el equipo encontrar el camino hacia el triunfo como local, conviene repasar la clasificación para constatar el elevado grado de exigencia de la grada. Sólo el Cádiz y el Ejido, equipos que rezuman olor a categoría superior, miran por encima del hombro al Real Jaén.
Precisamente, los dos grandes favoritos al ascenso sirven para apreciar la sustancia del rival que asoma hoy por La Victoria. El Guadalajara de Rafael Carrillo, “Falete”, rebosa moral y peligro. La causa de tan amenazante naturaleza nace de sus recientes éxitos sobre gaditanos (1-2) y almerienses (2-1). Los guadalajareños asaltaron la Tacita de Plata, el vértigo del triunfo les condujo a la derrota en Marbella (1-0) y, la pasada jornada, retomaron su heroicidad para ajusticiar al Ejido. Décimo clasificado, no sólo sus últimos hazañas despiertan temor entre sus adversarios. También lo hace una plantilla en la que figuran jugadores con frac y futbolistas en una forma envidiable. Entre los primeros sobresale Rubén Cuesta, el cerebro que maneja los hilos del equipo, mientras que Richi, central reconvertido a lateral, aún desprende destellos tras su espectacular actuación ante el Ejido, coronada con los dos goles de la victoria. Galera debe cuidar sus espaldas como precaución a sus electrizantes incorporaciones al ataque. Además, en las filas del Guadalajara también hay lugar para un ex jiennense como Higinio Vilches, que pugna por un puesto en el once titular con Dani Lanza, aunque la lógica anima a pensar que Falete no introduzca variaciones con respecto a la alineación del pasado domingo.
En el Real Jaén, la novedad más relevante apunta al eje de la zaga, donde el sancionado Espín deja su lugar a Fabios. Del resto del conjunto, teóricamente similar al presentado con el Linense, conviene evaluar la respuesta de Solabarrieta, un futbolista al que la grada observa con lupa. También puede resultar esencial la capacidad de definición del equipo, focalizada en las figuras de Geni y Arriaga, dado que la tardanza del gol suele derivar en inquietud, justo lo que prevalece en las gradas en las últimas fechas. Por lo tanto, en el segundo enfrentamiento de la historia entre el Real Jaén y el Guadalajara, el peso de un tanto tempranero cobra una mayor dimensión. Supondría la mejor conjura para romper un maleficio que amenaza con desvirtuar una trayectoria, hasta el momento, notable.