Condenado por obligar a chicas a trabajar como prostitutas

Un vecino de Linares ha sido condenado a dos años de prisión por obligar a jóvenes a trabajar como prostitutas en la sala de fiestas que regentaba. Además, la juez del Penal número 1 de Jaén ha decretado el cierre temporal del local, denominado Gabbana, una medida de la que no existen precedentes recientes en la provincia.

    18 ene 2012 / 14:47 H.

    La sentencia, dictada con la conformidad del acusado, pone fin a unos hechos que arrancan el 10 de julio de 2010. Ese día, agentes de la Brigada de Extranjería realizan una redada en el establecimiento. Detienen a nueve mujeres de nacionalidad rusa por no tener los papeles en regla para residir en España. No obstante, una de ellas, que fue considerada testigo protegido, confesó que se veía “obligada y coaccionada” por el dueño del pub, José G. C., para mantenerse en el ejercicio de la prostitución. Tal y como establece la sentencia, el acusado retenía a la joven amenazándola con acudir a la Policía para denunciar su condición de ilegal en territorio nacional. Además, le decía que tenía “gente que podía ocuparse de ella”.
    La investigación policial a raíz de ese testimonio puso al descubierto las condiciones en las que las mujeres trabajaban en el oficio más viejo del mundo en el pub Gabbana. En este sentido, por cada “pase” o relación sexual, denominadas en el argot “petit champagne” o “grand champagne”, las chicas tenían que abonar al dueño del local la mitad de lo recibido. Igualmente, tenían que entregar la mitad del precio de las copas que se tomaban con los clientes mientras alternaban. También estaban obligadas a pagar por su estancia en un piso que José G. C. les facilitaba e, incluso, tenían que hacer frente a una serie de sanciones establecidas por la casa por retrasos a la llegada al trabajo. La sentencia establece que para garantizar que las mujeres ejercían la prostitución en esas condiciones, el acusado había colocado como portero del local a Manuel C. C., al que la Policía encontró en su casa una escopeta de cañones recortados. Por ello, ha sido condenado a dos años de cárcel. La sentencia ya es firme. Rafael Abolafia/Jaén