Condenada por agredir a un médico en su consulta

A Antonia M. H. le ha salido muy caro abalanzarse sobre su médico de cabecera para agredirlo. El Juzgado de lo Penal número 2 de Jaén acaba de imponer una condena de un año de prisión a esta vecina de Linares como autora de un delito de atentado. Es uno de los pocos casos en que estas agresiones a estos profesionales se castiga con penas de cárcel y no una simple multa.

    24 ene 2009 / 10:43 H.

    Los hechos se remontan al 30 de mayo de 2007. Ese día, alrededor de la una y cuarto de la tarde, Antonia M. H., de 48 años, acudió al centro de salud Virgen de Linarejos para llevar a su nieto enfermo. Fue recibida por un médico que, según relata la sentencia, recriminó a la familia “por la falta de fiebre en el pequeño”. La reacción de la mujer fue comenzar a insultar al facultativo diciéndole “tío mierda”. Al mismo tiempo, se abalanzó sobre el doctor para intentar arrebatarle el parte médico que estaba extendiendo. Al no lograr su propósito, le ocasionó lesiones, que no precisaron más de una primera asistencia sanitaria para su curación.
    La Fiscalía acusó a Antonia M. H. de un delito de atentado. Es decir, el Ministerio Público tuvo en cuenta que la condición del funcionario público que tiene el médico agredido. Hasta el año 2007, esta circunstancia no se contemplaba de forma sistemática y, de hecho, muchos de los golpes que sufrían los facultativos por parte de pacientes o familiares eran considerados tan sólo como falta, no como delito, con lo que se solventaban con el pago de una simple multa.
    En el caso de Antonia M. H., el fiscal pidió, inicialmente, una condena de dos años de prisión. El Colegio de Médicos, que ejercía la acusación particular, reclamó la misma pena. La mujer reconoció los hechos, a cambio de una rebaja en el castigo. Finalmente, se quedó en un año de cárcel por el atentado, más una multa de 60 euros por la falta de lesiones. Además, tendrá que indemnizar al doctor con 184 euros por las heridas que sufrió. Antonia M. H. no ingresará en la penitenciaría, porque no tiene antecedentes y su condena es inferior a los dos años. Por eso, el magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de Jaén, José Raúl Calderón, le concedió la suspensión de la pena durante los próximos 24 meses. En ese periodo, la mujer no podrá delinquir si no quiere dar con sus huesos en la cárcel. La sentencia ya es firme. Rafael Abolafia / Jaén