17 jul 2010 / 09:13 H.
Como cada campaña de verano la amenaza del fuego está presente en una provincia como la jiennense rica en patrimonio natural y con parques naturales en cada rincón geográfico. Esta temporada las lluvias de primavera permitieron que la cubierta vegetal afrontara el verano no tan seca como en años precedentes. No obstante, también estas copiosas precipitaciones propiciaron una floración ilimitada en cada palma de terreno. El fuego, por lo tanto, no dejará de ser una amenaza, pero lo relevante es que los que se produzcan no tengan origen humano. La condena social que todavía no está pareja a la jurídica, dada la dificultad, en la mayoría de los casos, para probar la intencionalidad del pirómano, hace que los ciudadanos estén alerta y denuncien prácticas agrícolas peligrosas o conductas de campistas que ponen en peligro el tesoro del entorno natural donde veranean. El accidente del caza en la Sierra de Segura, el año pasado, también sirvió para que colectivos sociales y ecologistas alzaran la voz para que los políticos jiennenses pelearan por liberar el espacio aereo de estos ejercicios militares que comprometen la preservación de los espacios naturales. A tenor de los planes vigentes de vuelo del ejército, la mediación, por el momento, no ha dado resultado alguno. Mientras se investigan las causas del fuego originado ayer en la finca pública del Collado de los Jardines, en el término municipal de Santa Elena, hay que destacar la meritoria coordinación de la Junta de Andalucía y la de Castilla-La Mancha que sumaron medios aéreos y humanos para frenar un fuego que comprometía la seguridad del tráfico entre ambas comunidades y que, lógicamente, al producirse en un parque natural amenazaba con destruir parajes de indudable belleza. Finalmente, el fuego pudo ser sofocado en horas y sólo sesenta hectáreas fueron pasto de las llamas.