Concentración para salir a flote
Silvia Ruiz Díaz /Jaén
El precio del aceite, que baja desde hace años de los dos euros, supone la ruina para el agricultor. Los grandes distribuidores marcan lo que valdrá el 'oro líquido', según las organizaciones del sector, y siempre lo hacen por debajo de la rentabilidad.

El precio del aceite, que baja desde hace años de los dos euros, supone la ruina para el agricultor. Los grandes distribuidores marcan lo que valdrá el 'oro líquido', según las organizaciones del sector, y siempre lo hacen por debajo de la rentabilidad.
Mientras tanto, en los supermercados el producto “estrella” de la provincia se vende como un reclamo publicitario que a veces supone un “chollo” para el consumidor. Las últimas tendencias del mercado oleícola parecen, a simple vista, no cambiar y, por este motivo, las propias administraciones animan a los oleicultores a buscar otras estrategias para poder “salir a flote”. La más “promocionada” es la de la concentración.
Algunas cooperativas jiennenses, como ocurrió en Arjonilla, Canena, Villanueva de la Reina, Bailén, Valdepeñas o Huelma, ya dieron los primeros pasos. En otros casos, como en Martos, tres sociedades estudian la viabilidad de una futura fusión. Los olivareros piensan, cada vez más, que sólo unidos podrán vencer al “Goliat” del aceite de oliva. Del mismo modo, en los últimos tiempos se creó la primera y única plataforma de venta de “oro líquido”: Interóleo Picual Jaén. Gracias a la incorporación de veinticuatro socios —cooperativas, almazaras, sociedades no productoras, una entidad bancaria, un laboratorio y una organización agraria, UPA-Jaén— se sitúa ya como el primer grupo comercializador de la provincia, con diecisiete mil olivareros y un volumen de negocio que pretende ser superior a los cincuenta millones de kilos de aceite. Con esta apuesta, se puso de manifiesto la necesidad de dar un cambio en la forma de vender y de competir de “tú a tú” con los “fijadores de precios”.
Por su parte, la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía apostó por esta vía e incluyó líneas de apoyo e impulso a la integración y fusión empresarial. El año pasado, por ejemplo, concedió más de 1,3 millones de euros en ayudas —la mayoría para el sector oleícola—. Cerca de medio millón, además, se destinaron para procesos de fusión. También hubo resoluciones para el fomento de plataformas de comercialización de productos agroalimentarios, y a ella se acogió Interóleo Picual.
MÁS DINERO. Sin embargo, las ayudas irán a más, y así lo manifestó el delegado provincial de Agricultura, Roque Lara. “Desde hace un par de años apoyamos la concentración básica para que, por ejemplo, haya pueblos que dejen de tener tres cooperativas para pasar a una única. Otro de los objetivos es que salgan del casco urbano y que, además de producir aceite, den servicio al socio. Por eso, diferenciamos las subvenciones”, explica. La finalidad última es que haya menos ofertas y se acabe con la atomización del sector, ya que, en la actualidad, la provincia cuenta con más de trescientas cooperativas, y más del noventa por ciento venden su producto a granel. “En la convocatoria de este año, cuando se fusionan dos sociedades o almazaras y se salen del municipio llegamos hasta el cuarenta y siete por ciento de ayuda, es decir, veinticinco puntos más que cuando lo hace sola”, señala. Como afirma el delegado, gracias a esta integración se podrán hacer “más fuertes”. Estos “premios” también se hacen extensibles a las cooperativas de segundo grado. “Les pagamos el veinticinco por ciento de lo que cuesta hacerse socio, por ejemplo, en Hojiblanca”, afirma. “También ayudamos a hacer los estudios previos de fusión, para que vean la viabilidad de la unión”, continúa.
Por otro lado, se encuentran aquellas sociedades que quieren dejar de lado la venta a granel para envasar su propio zumo de aceitunas y, además, desean introducirse en mercados nuevos. Dicho de otro modo, quieren hacer ver que su aceite tiene un sello distintivo y que merece estar lejos de esos “productos reclamo”. “En esos casos, les ayudamos a contratar técnicos comerciales o gerentes, ya que es otro de los déficit que se encuentran, y es que las cooperativas, por lo general, no suelen tener profesionales con formación adecuada que se dediquen a ello. Si se agrupan, pueden costearlo perfectamente. Las subvenciones serían del sesenta por ciento durante los primeros cuatro años”, asevera Lara.
Con las ayudas sobre la mesa, como afirma, sólo queda sentarse, negociar y estudiar si se quiere o no batallar contra una guerra de precios y de calidad.