Con la huella del radicalismo

La mujer que participó en la masacre de San Bernardino, California,  escribió un mensaje en una red social en la que juraba su lealtad al Estado Islámico que ocupa territorios en Irak y Siria. La línea de investigación confirma que los dos terroristas se habrían radicalizado a través de internet y en contacto con radicales y páginas de formación del Daesh. El tipo de ataque, preparado también con bombas programadas que no llegaron a explotar, y la participación de una mujer en él lo apartaban del triste y habitual “modus operandi” de desquiciados que perpetran matanzas en Estados Unidos gracias a la facilidad y descontrol que en el país tienen sobre las armas. Finalmente, sin embargo, se confirman las sospechas y todo apunta al móvil religioso y extremista que tendrán una clara repercusión en la política interior y exterior del país. De hecho, los analistas políticos apuntan directamente que será un argumento contra la política demócrata y, en concreto, la “débil” posición del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ante los sucesos en Siria y sus efectos en cadena en todo el mundo. Este ataque, además, supone un duro varapalo para los estadounidenses que vuelven a estar en el punto de mira y con las escasas restricciones en la adquisición de armas tanto legales como ilegales es lógico que su sociedad esté preocupada.   
La amenaza yihadista en sus múltiples registros es casi mundial y requiere no solo acciones militares en la zona de conflicto, sino solventar problemas heredados no resueltos y que son el germen de la actual violencia. Los errores pasados tienen unas costosas consecuencias en la actualidad. El problema es que aún seguimos generando nuevos conflictos.

    06 dic 2015 / 09:38 H.