Con el espíritu de Carles es posible tocar el cielo

IgnacioPardo Venteo, más conocido como“Carles”, es un mito para el Linares, tan gran jugador como polémico. Para muchos representa el espíritu más castizo del sentimiento azulillo. Carles era todo carácter y pundonor, pero también era un delantero intuitivo, letal en las distancias cortas y con un golpeo con la pierna izquierda sobresaliente.

05 jun 2014 / 22:00 H.

Del barrio de Girón, su infancia no fue fácil. Hijo de un minero, curtió su personalidad en la calle. Poco dado a los estudios, su pasión fue siempre la pelota y el Linares con el que mantuvo una relación de amor odio hasta su fallecimiento el 27 de agosto 2008, dos días antes del aniversario de la muerte de otro hombre de raza,Manuel Rodríguez, “Manolete”, al que un toro llamado Islero le arrancó la vida en el Coso de Santa Margarita.


No fue un futbolista antideportivo, aunque sí temido por su temperamento. Tras el partido ante elSevilla Atlético, en el que el Linares se jugaba el ascenso a Segunda A, Carles fue protagonista involuntario de una pelea entre los jugadores de ambos equipos al acabar el encuentro. Los sevillistas acusaron a Vallina de haberlos provocado en los vestuarios. La versión de los azulillos era completamente diferente. Según el relato de algunos de ellos, fueron los del filial los que comenzaron la bronca después de propinarle una patada en el estómago a Carles en presencia de los familiares. Todo quedó ahí. Tampoco se libraron del carácter de Carles los presidentes, sobre todo a la hora de negociar las primas. No le importaba discutir hasta la saciedad si con ello conseguía beneficiar al grupo. Carles, que, además de en el Linares jugó en otros clubes de la provincia como el Martos —del que también fue entrenador— y elVillanueva delArzobispo, supo bajar al infierno para tirar del carro del recién fundado CD Linares, al igual que su hijo menor Fran Carles hace cinco años cuando decidió rechazar ofertas de superior categoría para jugar con el Linares Deportivo en los campos de tierra. El centrocampista azulillo ha heredado de su padre muchas virtudes, como el pundonor, la capacidad de sacrificio y el amor a unos colores, los del equipo de su ciudad. No así el temperamento. Fran Carles es más pausado y reflexivo. “Mi hermano Ignacio es el que más se le parece. Siempre intento mantener la calma en el terreno de juego”, replica el medio centro.
El destino quiso que Fran Carles marcara en el EstadioSan Pablo de Écija el último tanto de la historia del CD Linares, aquel equipo del que fue capitán su padre desde que echara andar en septiembre de 1990. “Él siempre está en mi pensamiento. Cada gol que anoto miro al cielo y se lo dedico. Para mí, es un referente”, señala.
El domingo, el espíritu de Carles estará presente en Linarejos. “Su fuerza, su garra y sus ansias por ganar me acompañarán. Intentaré devolverle aquel ascenso del que se vio privado aquella tarde en el Vicente Calderón. Por ese sueño lucho cada día y ante el Rayo trataré de hacerlo realidad”, relata su hijo.