Compromiso para reabrir la carretera de Guadalimar

Invierno tras invierno, desde hace ya diez años, la carretera que une Lupión, donde viven unas seiscientas personas, con el anejo de Guadalimar, que tiene unas trescientas, queda cortada. Es una vía de titularidad municipal que es, como reconoce el alcalde, Gonzalo Manuel Rus Pérez, de IU, más un quebradero de cabeza que otra cosa.

20 jun 2014 / 22:00 H.

Recuerda que, solo para que puedan usar esta calzada los vehículos pesados o la maquinaria agrícola, es preciso que el Ayuntamiento invierta unos sesenta mil euros por ejercicio. Y, lo peor, recuerda, es que no solventa el problema de fondo, ya que, como deja claro, es preciso un proyecto de más calado. Esta intervención ya está aprobada, desvela el regidor, e implica a la Administración local, la Diputación y la Junta de Andalucía.
El objetivo original del Gobierno local era desprenderse de la carretera, por no poder asumir su mantenimiento. “Es algo complicado para un pueblo de apenas mil habitantes afrontar estas labores”, reflexiona el máximo responsable municipal. Pero, por el momento, no será necesario. La medida que está en marcha es más satisfactoria. Gracias al compromiso alcanzado por todas las partes, se prevé invertir medio millón de euros en esta vía. El Gobierno local se hará cargo de las labores de impermeabilización y otras acciones para canalizar las avenidas de agua. Mientras, la Junta y la Diputación afrontarán los trabajos más complejos y costosos, necesarios en una arteria que está en muy mal estado. Las conversaciones están muy avanzadas; tanto que, el alcalde prevé que este mismo año pueda comenzar la faena.
La “sensibilidad” del nuevo responsable de la Consejería de Fomento y Vivienda en Jaén, Juan Antonio Sáez Mata, fue clave para relanzar este proyecto, en opinión del alcalde, que es compañero del delegado en las filas de Izquierda Unida.  
un barrizal. Las precipitaciones invernales y las escorrentías hacen que esta vía municipal quede enterrada en barro. Hasta medio metro de lodo se llegó a medir, asegura el político lupionense. Estas complicaciones hacen que, prácticamente, a los vecinos se les haya olvidado tomar esta carretera para ir de Lupión al anejo de Guadalimar, o para realizar el camino inverso, a pesar de que es el trayecto más directo. El temor a sufrir un accidente en lo que, actualmente, es más una trocha que una calzada, o, directamente, la imposibilidad de transitar, hacen que los desplazamientos incluyan un desvío por Torreblascopedro, aunque también por vías comarcales por el interior de la comarca de La Loma.
También puede ocurrir, y de hecho se dio esta situación, que este recorrido también presente dificultades. Llegado este caso, la alternativa implica conducir hasta la Estación Linares-Baeza, tomar durante unos kilómetros la Nacional 322, y, de nuevo, adentrarse por vías secundarias para llegar a Guadalimar o para hacer el camino en sentido contrario. Los dos núcleos de población, que no suman ni un millar de habitantes, están a escasa distancia, pero el río Guadalimar y los muchos afluentes quedan en medio. El mayor caudal de estos cursos de agua en los últimos años complica mucho las comunicaciones. En esta parte de la provincia, entre Linares, La Loma y Mágina, se concentran pequeños municipios como Torreblascopedro, Begíjar y núcleos como Vados de Torralba y Sotogordo, términos con una rica agricultura, pero aislados de las grandes vías.