Complicado puzle de los minutos más determinantes de Ángel

La reconstrucción de lo que ocurrió en unos minutos cruciales en el marco de las manifestaciones contra la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) en Jaén, hace dos años y medio, fue el objetivo de la cita en la sala del Juzgado de lo Penal número uno. Un difícil puzle que quedó visto para sentencia en el que hubo piezas complicadas de encajar. En la pequeña habitación, el universitario Ángel González contó que, una vez finalizada la manifestación, un policía nacional le pidió la documentación y, al dársela, el agente se la tiró al suelo. “Entonces, sentí miedo ya que no sabía por qué me estaba identificando, así que le pedí su número de placa”, dijo González a su señoría. En su relato de los hechos, el estudiante aseguró que el policía le insultó, le dio “un pisotón” y lo “estrelló contra la pared”. “A mis amigos les dije que grabaran porque noté una actitud de desprecio”, explicó.

13 nov 2015 / 11:39 H.


Durante su argumentación, González dijo que se vio agredido por tres policías, mientras estaba tumbado en el suelo. “Yo me defendí cubriéndome la cara. Sé que vinieron más, pero hay un momento en el que me quedé inconsciente y me desperté dentro de un coche patrulla”. En el interior del vehículo, siguió el acusado, se encontró esposado y con una porra en el cuello. “Me puse a patear porque me estaban asfixiando”. En su defensa, el acusado insistió: “Nunca agredí al policía”.
A continuación, declaró el agente que pidió la documentación a Ángel González y que, según la fiscal, sufrió un delito de atentado por el acusado. En su narración indicó que participó en la manifestación desde el principio. De hecho, reconoció que, al inicio, hubo piquetes informativos en algunos centros escolares. A la pregunta de la fiscal sobre qué fue lo que hizo estallar el incidente, el policía contó que le avisaron para que identificara a un “individuo” por una “posible” agresión, en la Universidad, a un guardia de seguridad, de forma que fue, después de la manifestación —cuando Ángel se aleja— el momento en el que acude a identificarlo. “¿Y cómo supieron que era él?” —cuestionó la fiscal—. “Nos dijeron que era alto, con gorra y ciertas características. Nosotros le hicimos un seguimiento discreto y cuando se quedó aislado, para perseverar su intimidad, le pedimos la identificación”, explicó.
La primera contradicción en las versiones está en la forma en la que se entabló la comunicación entre el acusado y el policía. Dijo el agente que, en todo momento, el joven se mostró muy nervioso. “Me dijo que la Policía no somos nadie y no me entregó la documentación. Se metió las manos en los bolsillos y tiró al suelo todo lo que tenía, objetos personales”. A continuación, detalló la secuencia de la agresión: “Me agaché para recoger los objetos y me dio un golpe en el pecho, después, se abalanzó sobre mí y caímos los dos al suelo. Luego, me dio un puntapié en el tobillo”.
Si algo dejó claro el agente en su versión de los hechos fue que Ángel estaba muy agresivo. “Debido a la diferencia de estatura, vinieron mis compañeros a ayudarme”. Basado en las explicaciones del acusado, el abogado de la acusación particular, en representación de la Policía Nacional, le cuestionó si llegó a ver que Ángel perdiera el conocimiento. “No, si no no habría golpeado el coche. Los compañeros de la Policía Local tuvieron que acudir porque no podíamos con él”, apuntó el agente, quien indicó que fue cuando los manifestantes comenzaron a agredirlos lanzando piedras —“incluso, adoquines del tranvía”—. El abogado de la defensa mostró unos vídeos en los que solicitó al policía que si correspondían con las secuencias. “Podría ser este el orden”, dijo el agente. “¿Se identifica en el vídeo?”, le preguntó el letrado. “Cuando está Ángel en el coche, se me ve que me levanto cojeando. Mira —se señaló sobre la pantalla—. Me tuve que ir de allí para que no me mataran”, apuntó. Además, aseguró que se apoyó en la pared. A la pregunta de la juez sobre qué tiempo transcurrió desde que reducen al joven hasta que lo meten en el coche, el policía estimó “unos dos o tres minutos”. “No corrí ni intervine desde que se llevan a Ángel”, remató. A continuación, comenzaron a declarar los testigos de ambas partes: dos policías nacionales y dos locales por la acusación, y tres ciudadanos y un perito médico especialista, por la defensa.
En su intervención final, la fiscal se mantuvo en su acusación inicial sobre Ángel González. De forma que le reclamó tres años y medio de prisión por los delitos de atentado contra la autoridad y dos de lesiones —un año por lesión—. Asimismo, reclama al acusado, en concepto de responsabilidad civil, cuantías por 20.010 euros para cubrir las indemnizaciones de los agentes que denuncian haber sufrido daños.
En su conclusión, el letrado de la acusación particular, en representación de la Policía Nacional, consideró que el conjunto de las declaraciones de los agentes fue “lineal”. Por último hizo una puntualización para destacar la actitud “beligerante y de falta de respeto” del acusado, “desde el minuto cero”, en contraposición con la intervención “totalmente limpia de la Policía”. Por estos hechos, la acusación reclama cuatro años de prisión —tres por agresión y uno por delito de lesiones—, así como 20.010 euros de indemnización.
Mientras, el abogado de la defensa reclamó la libre absolución o, en su caso, una condena de seis meses de prisión por el delito de atentado contra la autoridad y multa de 540 euros por el delito de lesiones, así como limitar las indemnizaciones a 6.726 euros. “Creo que, a tenor de las pruebas que se han aportado, queda invalidada la versión policial”, dijo el abogado ya en la calle. En este sentido, indicó que el fundamento de la acusación es que Ángel da una patada al policía, pero resulta que la mecánica de las lesiones que producen ese tipo de fractura que sufrió no concuerdan con una patada. “Para eso hemos traído un perito que lo confirma, así como dos testigos que aseguran que Ángel no dio ni una patada, sino al contrario, que fue la Policía la que lo tiró al suelo”, explicó.
El juicio quedó visto para sentencia en el Penal número uno.