Comida que no es basura

Perplejos e indignados. Así se muestran algunos vecinos de la calle Huelva, del barrio de Peñamefécit, ante lo que llevan viendo durante los últimos días: un hombre que conduce una furgoneta blanca, en cuya chapa tiene serigrafiados los nombres de la empresa Compass Group y del Ayuntamiento de Jaén, se para, sale y tira paquetes de comida a un contenedor.

19 ago 2015 / 09:20 H.

Sus ojos no dan crédito. Bandejas con raciones de potajes de lentejas o de cocido sin caducar, así como piezas de fruta fresca, como sandías o melocotones, son arrojadas al interior de un contenedor sin piedad. Una por una. De hecho, los testigos cuentan que el repartidor se toma la licencia de “espulgar” los mejores manjares para llevárselos, una vez aparcado el vehículo en la misma calle donde se deshace de los alimentos. Así, a plena luz del día y sin el pudor de dejar en un contenedor el almuerzo que alguien se tomaría sin dudar, este hombre finaliza su jornada, al menos, al volante de la furgoneta.
Inmediatamente, y en cuestión de un “visto y no visto”, un grupo de personas se arremolinan alrededor del contenedor a la caza del mejor plato. “No tardan en llevarse lo que hay”, cuenta un vecino de la zona. Los residentes que conocen esta “rutina” se lamentan del derroche que supone. “Es una lástima que se tire tanta comida, y encima en buen estado, cuando hay tantas personas que no tienen para comer”, apuntan. No obstante, se muestran cautos con el hombre que ejecuta la acción inmoral, ya que consideran que es un empleado que se limita a hacer el trabajo que le mandan sus superiores.
control. Preguntada por este hecho, la empresa insiste en que existe un protocolo de actuación muy bien marcado y que concreta lo que debe hacer el repartidor. Entre los diferentes puntos se matiza: “Comprobar si existiesen barquetas abiertas, caducadas o fuera de la nevera de servicios anteriores. Retirarlas pero no dejarlas en el cubo de basura del usuario. Trasladarlas de regreso al centro logístico para ser desechadas en los contenedores de la empresa. Registrar la incidencia”. Ante esta obligación, Compass Group insiste en que eso es lo que marca el protocolo por lo que ya trabajan para aclarar el caso de Jaén. “Lo estamos revisando para ver qué ha podido ocurrir para que aparezca comida en un punto donde no debe de estar”, explican desde la empresa.
No obstante, Compass Group sostiene que, tal y como aparece en la normativa, se puede dar el caso de que haya que desechar los menús: “Si no tiene vencida la fecha, puede que hayan perdido frío o hayan sido manipulados por alguien externo. Sin embargo, la vuelta de esta comida siempre debe hacerse de forma controlada”, aclaran a este periódico. La empresa cuenta con más de 12.000 empleados en España y reparte más de 75 millones de comida al año. “Somos una compañía grande con protocolos muy rigurosos”, aclaran.