Comer sano es bueno y más barato

Enrique Alonso /Jaén
Comer sano es bueno para la salud y, también, para el bolsillo. Los médicos garantizan las bondades para el cuerpo que tienen las frutas, hortalizas y buena parte de los pescados y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio aclara que, además, son 'balsámicas' para los bolsillos.

    11 ene 2012 / 09:56 H.

    Los jiennenses que acuden a los mercados —San Francisco o Peñamefécit— o a establecimientos que comercializan frutas, verduras, carne y pescados frescos, al final, ahorran más que los que buscan alimentos envasados o que llegan preparados. El Observatorio de Precios del Comercio Minorista revela que los alimentos frescos en la dieta de las familias adelgazan el precio del carro de la compra. Además, curiosamente, la mayoría demuestra una tendencia a la baja durante el último año. Si se repasan los precios que se pagan en Jaén, este informe revela que la carne cuesta un 0,7% menos que hace un año. Las frutas y verduras demuestran un “descalabro” en su cotización —malo para los agricultores—, que beneficia a las personas que acuden a comprarlas. El Gobierno de España refleja que han caído un 16,5% en la capital jiennense durante los últimos 12 meses. El pescado vale más, pero poco. Concretamente, la subida se tasa en el 5,2%.
     Además, cuando se acude a comprar productos de la huerta o que llegan, directamente, desde el mar existen pocas diferencias o, dicho de otro modo, no hay grandes cambios entre una familia jiennense que compra los que más les gustan —sin mirar lo que valen— frente a otra que sí está pendiente del precio. En Jaén, según este indicador, hay muchas similitudes entre los establecimientos.
    las diferencias. En cambio, las familias que optan por productos que llegan envasados o que se venden elaborados sí que tienen que estar más pendientes. De hecho, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio señala en el Observatorio de Precios del Comercio Minorista que existen diferencias. Si se repasa los que están a la venta en la capital, se ve que existe una diferencia del 39%, lo que repercute en 100 euros para los que buscan los más baratos y 139 si la familia no se conforma con los más económicos y buscan marcas o establecimientos comerciales que den otros valores —servicios, financiación o garantías de calidad— que van más allá del precio. Lo mismo ocurre con los productos de droguería —otros que han bajado en el último año—, aunque existen diferencias si se buscan los más económicos o se opta por otros atractivos —marcas o género más específico—.
    Aquí sí que existe más disparidad. Las familias que van a por lo básico —gel, champú, desodorante u otros— sin importarle las características —pero sí el precio— pagan 100 euros. En cambio, las que tienen sus preferencias abonan 144, ya que el Observatorio de Comercio Minorista del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio señala que existe una diferencia del 44% entre la cesta de productos de droguería más económica y la que se considera estándar —que tampoco destaca por grandes lujos en material cosmético—.
    entre tiendas. Este indicador también revela que existen diferencias entre los establecimientos comerciales, lo que ocurre es que pasa igual que con la cesta de la compra básica y la estándar, ya que hay clientes que buscan solo el precio cuando acuden a la tienda y otros que acuden a por alimentos, pero desean otros servicios añadidos, como garantía de calidad, aparcamientos o buen servicio. De ahí que, pese a que la economía manda en estos tiempos, también está claro que no siempre lo más importante es el precio.