Clase magistral de flamenco con el maestro Farruquito
Maestro, cómo me tengo que recoger la falda cuando bailo flamenco? ¡Como sea, hija! ¿Tú cuando vas al río y lleva agua, cómo lo haces?”. Fue solo uno de los ejemplos con los que el maestro Farruquito trató de enseñar el arte del flamenco ayer en la escuela La Taranta, que acogió una clase magistral del sevillano. “El flamenco es un misterio muy grande, son muchas cosas: Es coordinación, es aprender a mover los pies. Pero, sobre todo, es el sentir, transmitir emociones, el derrochar arte y estilo por los cuatro costados, es pasar toda tu vida aprendiendo y nunca terminas”, expresaba el artista Juan Manuel Fernández Montoya —su nombre natural— a la treintena de alumnas —en su mayoría— y, también, algún que otro alumno, que tuvieron la oportunidad de aprender de ese bailaor innato que lleva desde los cuatro años subido en los escenarios, donde hace gala de ese arte que le corre por las venas. Un sola jornada fue suficiente para recibir una magistral lección. Era una oportunidad única para las alumnas de flamenco de esta escuela jiennense. Y supieron aprovecharla.

Derrocharon arte y estilo en cada uno de sus pasos. Taconearon e intentaron seguir los pasos del maestro. “En el flamenco se necesita calidad, como la vida misma. La esencia del baile y del arte es la esencia de la vida. Menos es más. Hay artistas que con tres pasos bien aprendidos han pasado a la historia del flamenco como, Manuel Carrasco o Carmen Amaya. Pues de eso se trata”, les explicó durante el clase magistral.
“Para bailar flamenco se necesita que te guste muchísimo. Es algo que necesitas amar, tiene que ser un amor verdadero que te cale el corazón y digas: quiero bailar flamenco, pese a todas las cosas. Después, necesitas mucha práctica, mucho esfuerzo y dedicación”, argumentaba el bailaor, que se quedó sorprendido del arte que se desprende en Jaén. En sesión de mañana y tarde, el sevillano intentó transmitir pasos sencillos, al ritmo de bulerías. “He pretendido montar una coreografía sencilla, básica, pero explicando cada detalle. Cómo iniciarse bien en el compás, cómo bailarle al cante, cuándo tienen que salir a bailar, cómo darle una expresión distinta a cada palo flamenco, según la letra y la melodía, los acentos”, manifestó el bailaor, que siempre ha creído en la filosofía del maestro Farruco y esa es la que trató de transmitirles. “A Farruco le servía el flamenco para darse a conocer en persona. Eso es lo que humildemente, trato de seguir, pasito a pasito, con la ayuda de estos cursos, que tratan también de crear afición por este arte tan andaluz”, apostillaba. Mientras, el maestro le explicaba que los distintos palos del flamenco son expresiones del alma que sirven para mostrar el estado de ánimo.
“Según me encuentre en cada momento, lo expreso mejor con seguidillas, soleás, farrucas. Son ritmos que sirven para contar cosas”, explicaba Farruquito. El artista se encuentra, actualmente, con la creación de su espectáculo Pinancendá —Andalucía en el dialecto caló—. Hoy actúa en Almuñecar con su espectáculo Improvisación. Y entre sus proyectos se encuentra su marcha a Nueva York, donde colaborará con varias compañías. Allí, pretende instalar su propia escuela. “Hay mucha gente interesada en el baile tradicional, en el flamenco”.