Clara Aguilera: 'El olivarero necesita ayuda para subsistir'

Enrique Alonso/Jaén
La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, tiene claro que el almacenamiento privado es un "paracetamol" para un "dolor" intenso que necesita "cura". Dice que trabajará con lealtad con el nuevo ministro, Miguel Arias Cañete, pero que siempre defenderá a los suyos. Quiere que los olivareros la vean como una más de ellos.

    03 ene 2012 / 11:17 H.

    —¿Estamos ante la campaña de recolección más rápida?
    —La meteorología ayuda mucho. En Jaén vamos al 50%. De seguir así el tiempo, la campaña acabará en enero. Solo quedarán algunas zonas más tardías. Vamos muy adelantados.
    —¿Se ajusta al aforo?
    —El segundo aforo parece que se quedó algo corto en Córdoba, aunque lo demás parece que se ajusta bastante a lo establecido. No obstante, la meteorología ayuda mucho porque se recoge en tiempo y esto repercute en el fruto y en el rendimiento con vistas a la producción.
    —El precio del aceite es la principal preocupación del olivarero.
    —Y del Gobierno también.
    —¿Pueden hacer algo para mejorarlo o no hay márgenes?
    —En un mercado global tenemos muy poca posibilidad. Si pudiéramos hacer algo más, ya se habría hecho porque nos es nada agradable el precio y su repercusión en la renta agraria. Hemos pedido la activación del almacenamiento privado otra vez porque se dan los requisitos en el virgen. Desgraciadamente, se cumplen los parámetros y hemos remitido la documentación al Ministerio de Agricultura para que lo pida en Bruselas.
    —¿Ve probable que se ponga en marcha otro almacenamiento?
    —Bueno (se queda pensativa). Nosotros cumplimos con nuestra obligación, que es estar vigilantes y pedirlo cuando se cumplen los requisitos, que resulta una situación difícil. Así lo hemos hecho y se lo trasladaré al ministro (de Agricultura) en la     reunión que mantendré el próximo 4 de enero. Quizá también se puedan cumplir para el lampante. ¿Si es posible? No lo sé, en teoría debería porque tendría que ser automática. Aunque soy escéptica con estos mecanismos porque es coyuntural y tenemos un problema mayor. Hay más de un millón de toneladas consolidadas y hay que ser capaces de venderlas a buen precio. Para eso, hace falta concentrar la oferta. De hecho, todavía no hemos conseguido los objetivos que queremos en el tejido cooperativo y en los fabricantes para que sean más fuertes. También estamos atentos ante posibles fraudes en el sector. No son habituales, pero se ha de disuadir cualquier tipo de tentación y también la Ley del Olivar.
    —¿Cómo marcha esta norma?
    —Inmediatamente, vamos a llevar el decreto de aprobación del Consejo Andaluz del Olivar para que tengamos el órgano de debate y ya trabajamos en el Plan Director, con cada una de las medidas desde una Administración autonómica. Pero todo no lo podemos resolver desde Andalucía. Necesitamos el trabajo y el apoyo del Gobierno de España y de la Unión Europea. Queremos una PAC con un fuerte apoyo en subvenciones, pero dirigidas de otra forma para que sean más eficaces. Hay que articular medidas para que este sector productivo, que es fundamental para Jaén y Andalucía, tenga futuro porque, si sigue así, es difícil subsistir para los agricultores, aunque no a todos por igual. Todos sufren, pero unos más que otros.
    —En verano de 2009 se puso en marcha el almacenamiento y el aceite llegó hasta los 2,5 euros. ¿Por qué ahora no?
    —Creo que por diversas circunstancias. La activación llegó a final de la campaña, también puede ser porque hay una saturación y un control de los que compran el aceite y ya no se dejan llevar por el mecanismo porque controlan la cadena alimentaria. Así, saben que el efecto se pasa. Ahí hay que intervenir y fortalecer al sector productor. El peso de la gran distribución es tan determinante que ya ni siquiera resuelven. Pero como es un mecanismo que está, lo pedimos, aunque mi fe es poca. El dolor lo palia, pero no lo resuelve. El almacenamiento es paracetamol para un dolor intenso, pero no llega a quitarlo. Si se cumplen los requisitos, lo pido, pero no me voy a parar a esperar a que esto lo resuelva todo porque creo que no lo solucionará. Quiero curar la enfermedad.
    —¿Qué tal se lleva con el nuevo ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete?
    —Esto ya lo he vivido. No era consejera cuando Arias Cañete era ministro, pero sí portavoz de Agricultura en el Parlamento. No me llevo mal a nivel personal porque me cae bien. En cambio, políticamente hemos tenido importantes diferencias. Lo primero que le quiero agradecer es que me haya dado la cita tan pronto. Yo sé que eso es una actitud de generosidad. Seré leal al Gobierno de España y quiero trabajar de la mano porque vendrá bien al interés de Andalucía. Ahora, dejaré siempre claro que defenderé a los míos, que son los agricultores y pescadores andaluces. Con vista a la reforma de la PAC, resulta importante ir de la mano. Él también conoce bien los intereses de Andalucía. Espero más encuentros que desencuentros.
    —¿Cómo cree que la ven los olivareros jiennenses?
    —No lo sé. Se lo tendrías que preguntar a ellos. Me gustaría que me vieran como una más de ellos, que ahora circunstancialmente está en el Gobierno de Andalucía. Soy sencilla y de pueblo. Además, presumo de ser así.
    —Las chirlas, el precio del aceite, los pepinos, los acuerdos con Marruecos... ¿Duerme bien?
    —Estupendamente, pero me gustaría dormir más horas. Para dormir bien no es tener mucho trabajo, sino la conciencia tranquila. La Consejería no es fácil, pero estoy muy orgullosa de mi equipo y del trabajo que hacen.
    —Hace unos meses, la Consejería de Consumo sancionó con 2.500 euros a empresas que no sé si intencionadamente o sin querer  vendían aceite de una calidad diferente a la que ponía su etiqueta. ¿No le parece que la multa es muy baja?
    —Estoy convencida que Salud y Consumo aplicó la multa que corresponde. Es verdad que, antes de la Ley de Calidad, las sanciones eran cortas y la sociedad no lo entendía. Con esta norma, hemos hecho un cambio para que determinadas actuaciones sean sancionadas para que no sea rentable para nadie hacer trampa y cometer infracciones. Con el aceite, no es lo mismo seguridad alimentaria que fraude en el etiquetado. Las sanciones son las que en ese momento había previstas. Ninguna consejería permitirá fraudes porque nos jugamos mucho.
    —Si fuera agricultora, ¿qué es lo que sembraría?
    —Depende dónde.
    —En Jaén.
    —Vaya, me había situado en la costa y ya tenía pensado un invernadero de excelencia. En Jaén, apostaría por el olivar y, si mi explotación me lo permitiera, pondría regadío moderno. Haría un producto de gran calidad y me aseguraría bien de quién vende mi producto para obtener un buen precio. No debería consentir generar un aceite brillante y entregárselo a “manos” inadecuadas.
    —¿Cree que conseguiría ser la presidenta de su cooperativa?
    —Me lo pondrían difícil. No conscientemente, pero hay muchos que piensan que es una cosa que hacen mejor los hombres que las mujeres y eso está por ver.
    —¿Qué ha pasado con la línea de créditos de la Junta?
    —Ha habido pocas peticiones. Se han atendido las que han llegado, pero eso lo saludo como una magnífica noticia. Las cooperativas y el sector aceitero no necesitan financiación, de lo cual me alegro. Es una prueba de que hay salud financiera. Entonces, quizá nos falta capacidad de financiación.