Clamor por el consumo de bebidas alcohólicas en la UPM

Latas de cerveza y de refrescos vacías, restos de comida, platos sucios y “bichos” pululando “por todos lados”. Esta es la imagen del patio de la Universidad Popular Municipal (UPM) con la que se encontraron los trabajadores que se incorporaban ayer a sus puestos después del fin de semana. Una sorpresa “lamentable” ante la que muchos de ellos se quedaron “perplejos”. “Atónitos”, apuntó, desde la sección sindical de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Raúl Montilla. “El viernes hubo alguna celebración, se pegaron una juerga, nadie lo limpió y esta mañana estaba todo desparramado”, criticó el sindicalista, “sorprendido” de que se “consuma alcohol de manera habitual y que se permita, como ha ocurrido en más de una ocasión, que se hagan comidas, utilizando el patio como la terraza privada de un restaurante, sin que aquello esté habilitado para ese uso”. De hecho, advirtió: “Como lugar en el que participan niños, no debe haber bebidas alcohólicas en ninguna parte del recinto de la UPM”.

02 jun 2015 / 09:16 H.

La situación en la que amanecieron las instalaciones de la sede de la Universidad Popular, en la Avenida de Andalucía, era tal que —según pudo saber este periódico— acudió hasta el veterinario del Ayuntamiento para levantar acta. Sin embargo, fuentes municipales le quitaron hierro al asunto. Negaron que se hubiera registrado denuncia o queja alguna, tanto de profesores como de usuarios de las instalaciones, y aseguraron que el veterinario va todos los meses a hacer informes y no hay problema alguno.
Según las mismas fuentes, durante toda la semana pasada hubo despedidas de los cursos que se imparten en la UPM, pero rechazaron que la gestión de la cafetería tenga alguna responsabilidad al respecto. Además, aclararon que la llamada “cafetería” no es tal, sino un “punto de encuentro” para trabajadores y alumnos. Remarcaron que ha estado funcionando por los talleres que allí se realizan y, una vez que estos se clausuran —y esto ocurrió el viernes—, ya no hay “punto de encuentro”, subrayaron. Sin embargo, habría que matizar el concepto de punto de encuentro. En un lugar de trabajo, basta con una máquina de vending. En este caso, la dirección de la UPM, en manos de su actual subdirector, Francisco Jiménez, cedió a un particular lo que era un pequeño almacén —que, de hecho, se utiliza para ese fin en verano—. No intervino el área de Contratación del Ayuntamiento, según recalcaron fuentes del PSOE. Pero se acordó que no se dispensarían bebidas alcohólicas. Solo bocadillos, chucherías, café y refrescos. En el “chiringuito” que ha habido montado “durante todo el mes de mayo”, había una barra en la que no faltó el grifo de cerveza. Ayer por la tarde ya estaba todo desmontado.