Cinco planes para conocer los tesoros de Jaén
Inmaculada Espinilla
Llegar a Jaén es como entrar en una tierra encantada. La provincia no ocupa los principales puestos en los rankings turísticos y, sin embargo, sus comarcas albergan grandes tesoros. La belleza de esta tierra se la proporciona haber sido un territorio de frontera, asentamiento de diferentes culturas. Iberos, romanos y árabes, entre otros pueblos, crecieron aquí. De su arquitectura, ritos, creencias y formas de vida dejaron huella en municipios y ciudades.
Llegar a Jaén es como entrar en una tierra encantada. La provincia no ocupa los principales puestos en los rankings turísticos y, sin embargo, sus comarcas albergan grandes tesoros. La belleza de esta tierra se la proporciona haber sido un territorio de frontera, asentamiento de diferentes culturas. Iberos, romanos y árabes, entre otros pueblos, crecieron aquí. De su arquitectura, ritos, creencias y formas de vida dejaron huella en municipios y ciudades.
Y es que Jaén es todavía para muchos autóctonos y visitantes una tierra por descubrir, un lugar no muy grande en extensión, pero sí bastante rico en riqueza patrimonial y natural.
Sus cuatro parques naturales, las ciudades Patrimonio de la Humanidad, lo exquisito de su gastronomía —trece de sus restaurantes han sido incluidos en la Guía Michelín 2011— , la simpatía de sus gentes y la tranquilidad de sus calles, entre otros factores, convierten a Jaén en el lugar perfecto para pasar este puente, uno de los más largos del año.
La provincia ofrece, como en el libro, en vez de mil y una noches, un sinfín de posibilidades que se adaptan a todos los gustos. Jaén, como un genio de la lámpara, puede ofrecer distintas versiones de sí misma. Se renueva y se hace moderna y, al mismo tiempo, es capaz de conservar lo añejo de su historia.
“Jaén, paraíso interior” es el eslogan, ideado por la Diputación Provincial, con el que se presenta ante el mundo. Y es cierto. Es el lugar perfecto para disfrutar, aprender, practicar deportes de aventura e, incluso, relajarse en cualquiera de sus balnearios o spa.
Todo se concentra en un lugar en el que “no existen” las distancias. En coche, se puede cruzar en un tiempo relativamente corto. Y, aunque cinco días de puente no son muchos, pueden ayudar a adentrarse en sus municipios. Aunque sí que está claro que el visitante se quedará con ganas de conocer más. Y, por su parte, el jiennense se sorprenderá, de la misma manera, al hacerse consciente de la riqueza que alberga una tierra que pasa de la sobriedad de sus monumentos a la diversión que ofrecen sus montes.
Jaén muestra con orgullo la idiosincrasia del mundo rural, pero lejos de parecer una tierra atrapada en la agricultura, tiene otra cara más actual. Y su industria y economía también han dibujado sus paisajes. Las minas de Linares, la producción oleícola, la arquitectura de cada municipio, su historia, sus tradiciones y cada uno de sus rasgos propios pueden llegar a convertirse en un atractivo turístico. Se podría decir que la provincia tiene de todo menos playa, algo que se puede sustituir con un baño en los ríos de cualquiera de sus sierras. En definitiva, merece la pena, en el Puente de la Constitución, realizar una escapada. Sumergirse en la provincia y dejarse envolver por su belleza. Seguro que turistas y jiennenses quedarán satisfechos y sorprendidos por todo lo que esconden sus ciudades y pueblos.