Cifras, colaboración y platos rotos
Desde Torredonjimeno Manuel Campos Carpio
La ciudadanía anda expectante y un poco desconcertada en los últimos días porque las noticias se suceden de forma vertiginosa y nos dan una de cal y otra de arena. Por una parte, los medios nos informan de que Mariano Rajoy y otros mandatarios europeos se han propuesto abordar el desempleo juvenil con medidas concretas y eficaces que faciliten la contratación de ciudadanos de ese colectivo, que en nuestra campiña alcanza un récord triste que sobrepasa con holgura el 50%, algo inconcebible e inasumible, pero que es una realidad evidente.
La ciudadanía anda expectante y un poco desconcertada en los últimos días porque las noticias se suceden de forma vertiginosa y nos dan una de cal y otra de arena. Por una parte, los medios nos informan de que Mariano Rajoy y otros mandatarios europeos se han propuesto abordar el desempleo juvenil con medidas concretas y eficaces que faciliten la contratación de ciudadanos de ese colectivo, que en nuestra campiña alcanza un récord triste que sobrepasa con holgura el 50%, algo inconcebible e inasumible, pero que es una realidad evidente.
También reproducen los citados medios noticias que apuntan hacia una colaboración gobierno-oposición para abordar los más graves problemas que tiene España en este momento. El ofrecimiento de esa colaboración al presidente por parte de los líderes y personalidades de los partidos no gubernamentales nos recuerda los llamados Pactos de la Moncloa, que en los inicios de la transición permitieron que todos los líderes en activo en aquel momento prestaran un servicio impagable a España, servicio que, como es lógico, no hemos olvidado. Veremos si también hay suerte ahora y la colaboración sirve para abrir caminos que puedan llevarnos a buen puerto. Ojalá sea así. También en los ámbitos de poder de la UE se abre por fin paso la idea de que para salir de la crisis no basta solo con la austeridad, postura mantenida hasta ahora por Alemania y el sector dominante en Europa: hoy parece claro que es necesario incorporar políticas de crecimiento que fomenten el consumo, como ya han hecho en Estados Unidos con buenos resultados. Por otra parte, los analistas prevén que el desempleo llegue al 28% en 2014, aunque a renglón seguido nos dicen que a partir de ahí empezará la recuperación, y emplean la ya un poco manida imagen del dominó: el desempleo será la última ficha que caiga. En medio de tan dura realidad, conocida pero amarga, aparece un antiguo presidente que con cara de pocos amigos lanza una severa andanada contra el presidente actual y su gobierno. Todo el mundo comentaba por la noche que se trataba de una cortina de humo para que no se hablara de una noticia aparecida esa mañana en la que se desvelaba el precio de un costoso regalo de bodas para su hija por parte de un invitado que tiene serios problemas con la justicia en causas relacionadas con la corrupción. Pero no era sólo para desviar la atención, ya que una semana después volvió a la carga en el acto de presentación de un libro de biografías. Y no se ofrece para ayudar al gobierno, sino a los españoles, es decir, que se postula para volver al cargo. Lo que no ha especificado es qué piensa hacer si vuelve a la presidencia. Y eso sería lo importante, pues en lo que respecta a bajar los impuestos y adelgazar el estado, ya sabíamos que lo pensaba, puesto que son las claves de su ideología. Es el momento de poner soluciones claras y eficaces sobre la mesa, y que no sean del tipo burbuja porque las burbujas crecen mucho hasta que se pinchan. Llegado el pinchazo caen estrepitosamente, y cuando las caídas son estrepitosas ya sabemos quién paga los platos rotos.