Cielo sin clemencia

Es tiempo de volver, de regresar dejando atrás a los amigos de siempre y a las familias, de vivir la resaca a golpe de nostalgia y de sobrevivir al deseo de haber querido alargar un instante más sus compañías. Volvemos a la rutina arrastrando el reciente cambio de horario después de una semana sin clemencia en la que las lluvias nos han dejado, sin lugar a duda y en más de una ocasión, el regusto agrio y áspero de ver puertas que no se abrían y calles que se quedaban vacías y sin amparo.

    02 abr 2013 / 11:00 H.

    Quedan atrás las ilusiones y las decepciones, las ganas de haber visto procesionar a nuestros pasos y la emoción, esa de la que muchos ya no entienden, de sentir nuestras costumbres brincándonos en el pecho. Otra vez, Jaén querido, te quedas enganchado al velo del recuerdo con un domingo cubierto por un manto de agua y un lunes de lágrimas y amargura. Un martes lleno de silencio y clemencia y hasta un miércoles de perdón y angustia. Un jueves irrepetible de cielo despejado para llegar a una madrugada destemplada que se guarda con imágenes atípicas y difíciles de olvidar. Ya es hora de descontar, de ahondar en la fe y predisponernos a mirar al futuro, puestos ya, en nuevas esperanzas llenas de claridades e inmensidades azules. Otra vez Jaén querido, te vienes y te quedas en la memoria, como si fuera posible vivirte en las calles extrañas que nos acogen, como si fuera posible llevarte con nosotros para ir inhalando tu aroma día a día. Jaén, te presumo, te siento y te quiero.

    Sonia J.Tirado