Christian Molina: 'Mi cinta es un canto a la soledad, a la familia y al mar'

Diana Sánchez /Jaén
La película Estación del olvido dirigida por Christian Molina y Sandra Serna cerrará el sábado la muestra de cine en Jaén. En la gala estará el joven cineasta.

    11 mar 2010 / 18:14 H.

    —¿Qué cuenta en su película?
    —Es una cinta que tenía hace tiempo en la cabeza, es muy personal. Refleja cuatro cosas muy importantes en mi vida: los amigos, la soledad, el mar (Cadaqués) y la familia. Tras darle muchas vueltas me surgió la oportunidad de contar lo que quería, la reescribrí y ahí está. 
    —Aunque, en la cinta se centra en el mar que baña la Costa Brava, sus raíces son jiennenses.
    —Sí, mi abuela era de Jaén y su padre fue director de la banda de música. 
    —¿Cómo conjuga el tema de la soledad y de los accidentes de tráfico por alcohol?
    —En realidad, uno te lleva a otro. No fue nada complicado fusionarlos pues se adaptaban.
    —¿Qué resaltaría de los actores con los que trabajó, entre los que se encuentran Fermí Reixar?
    —En este caso tuve mucha suerte, pues el personaje que interpreta Reixar, que es el del viejo, en verdad entró por la puerta. De hecho, su vida era muy parecida a la del marinero del filme. Además, es un actor como la copa de un pino y con una gran experiencia.
    —¿Quiso transmitir algún mensaje cuando pensó rodar la cinta?
    —No, en ningún momento pensé en el público. En este sentido, es una película muy egoísta. Estaba hecha porque creía que debía contarla; siempre intentas que le guste a la gente, pero me parecía interesante transmitir esta historia de soledad.
    —¿Está dirigida a algún tipo de público en concreto?
    —No, porque se retrata a la familia, que incluye un abanico suficientemente grande para llegar a todas las edades. Habla de lo falsas que son las familias que permiten que la gente esté sola. Tanto por los hijos como por los padres. Al final la soledad es un tema que vive y convive todo el tiempo con los humanos de cualquier edad. Se ve el contraste de la soledad que se ve en un chaval de 18 años y un mayor de 80. El joven piensa que no está solo, pero lo está y el señor sabe que está solo y lo está. Es la diferencia entre el saber y el no saber.
    —¿Cómo fue el cambio de rodar Diario de una nifómana, basada en la novela de Valérie Tasso, con una historia escrita por usted en Estación del olvido?
    —Muy natural. Fue más fácil hacer ésta pues la entendí más, ya que hablar de una mujer dentro de una mujer era más complicado.
    —¿Cuánto hay de autobiográfico en su último trabajo?
    —Mucho. Hasta ahí puedo contar.