Cestas de Navidad para que el bóxer Negrito tenga su prótesis

Para remediar la situación pasó a la clínica veterinaria de Isidoro Martín, en Jaén, y posteriormente, a Lepanto, de Sevilla, donde recibe asistencia, aunque las heridas de una de las patas, la trasera izquierda, ha obligado a amputarle la parte inferior. La pareja ya ha gastado alrededor de seis mil euros en la asistencia a la mascota. Ahora se enfrenta al reto de colocarle una prótesis metálica y de plástico que permita que Negrito vuelva a caminar, lo que supondrá más de cinco mil euros. Para sacar adelante la idea, Osma y Fernández han lanzado una campaña consistente en la venta de papeletas —al precio de dos euros— para sufragar la intervención y la prótesis. El premio, para un solo ganador, está compuesto por tres cestas de Navidad. Una convencional, con una paleta de jamón, vinos y cavas, mantecados, turrones y otras viandas; la segunda, que incluye un viaje para dos personas en régimen de pensión completa, y la tercera, con tratamientos de belleza en la clínica de Fuerte del Rey que gestionan los propietarios del perro bóxer. Entre los puntos de ventas están, en la capital, DHL, Huevos Frescos Aurora, La Botica del Bosque e Isidoro Martín, además del citado establecimiento de estética de Fuerte del Rey. “Los veterinarios no se creen la voluntad de vivir que tiene Negrito. Después de lo que ha hecho por nosotros, qué menos que darle la mejor vida posible”, explica Gumersindo Osma, que disfruta durante el puente, del animal, del que destaca que ahora se asusta al más mínimo ruido.
La iniciativa se difunde a través de las redes sociales con el fin de que pueda hacerse realidad la implantación de la prótesis, que no podrá realizarse hasta dentro de, aproximadamente, un mes, ya que es necesario que, cuando se realice la operación, el muñón de la pata esté en las mejores condiciones. El cánido presenta múltiples daños. Por ejemplo, a la altura del pecho, el bóxer dos orificios. Uno ya está cerrado, pero el otro no y deja ver la articulación en lo que sería el hombro. En la pata trasera derecha hubo que colocar una placa, con la idea de que el ejemplar pudiera andar. Mientras, el antebrazo delantero izquierdo permanece expuesto al aire, con el hueso visible, y, en función de la cicatrización, puede ser objeto también de una operación quirúrgica.
Los dueños del perro están muy agradecidos a los responsables de las clínicas jiennense y sevillana. En el caso de la de Isidoro Martín, Negrito se quedó allí doce días en los que se consiguió estabilizar su complicada situación, de manera que pudo salvar la vida y no fue necesario el indeseable sacrificio.