CESAR MONTAÑÉS GUTIÉRREZ: "El olivar puede activar de nuevo la economía en Alcalá"
Juana Pastor
César Montañés se cría en un entorno familiar en el que reinó siempre la buena armonía. Sus padres, Valeriano Montañés Escobar y María del Carmen Gutiérrez Aguilera, y, sus hermanos, Aurora María, María del Carmen, Pedro Antonio y Jorge Valeriano fueron los artífices de hacer de él una buena persona. Su padre, hombre de empresa, nació en la Fuente del Rey, un paraje que cautiva a todo aquel que lo visita por la riqueza de su paisaje, su cantidad de agua y la zona de chaparros y almencines, con preciosas vistas a la torre del Cascante y Sierra Nevada, donde hoy viven todos los hermanos. Tras su fallecimiento, sigue siendo el espejo en el que todos se miran.

César Montañés se cría en un entorno familiar en el que reinó siempre la buena armonía. Sus padres, Valeriano Montañés Escobar y María del Carmen Gutiérrez Aguilera, y, sus hermanos, Aurora María, María del Carmen, Pedro Antonio y Jorge Valeriano fueron los artífices de hacer de él una buena persona. Su padre, hombre de empresa, nació en la Fuente del Rey, un paraje que cautiva a todo aquel que lo visita por la riqueza de su paisaje, su cantidad de agua y la zona de chaparros y almencines, con preciosas vistas a la torre del Cascante y Sierra Nevada, donde hoy viven todos los hermanos. Tras su fallecimiento, sigue siendo el espejo en el que todos se miran.
—¿En ese entorno paisajístico vive sus primeros años?
—Tengo muchos y buenos recuerdos de mi infancia y no sabría cuáles serían los que más me marcaron. Quizá compartir todas esas vivencias de niños con mis hermanos, junto a mis primos disfrutando de juegos y de hermosos veranos en el chalet de mi abuelo Pedro. Nos entreteníamos con una piedra, pisando un charco o con una pelota jugando al fútbol. No necesitábamos videoconsolas, ordenadores, ni tanta nueva tecnología que hoy precisan nuestros hijos.
—Se declara alcalaíno de pura cepa, aunque naciera en Granada, ¿no?
—Sí, nací en Granada un viernes 11 de junio de 1971, recién empezada la fiesta del Corpus Christi. Médicos, pediatras y enfermeras estaban deseando irse a la feria, según me cuenta mi madre, aunque tuvieron que esperar a que yo llegara. Aquí estoy con mis 38 abriles, felizmente casado con Nazaret Pastor Rodríguez que me ha dado dos preciosas hijas: Valeria —en honor a mi padre— y Patricia, por mi suegro. La primera cumplió, el pasado domingo, 4 años y la pequeña, en septiembre, 2. Al ser padres es cuando más valoras lo que nos quisieron y quieren los nuestros.
—¿Dónde comienza su formación?
—Estudié en las Escuelas de la Sagrada Familia en Alcalá la Real hasta terminar la EGB. Después estuve en el Instituto Alfonso XI y terminé el Bachillerato en el Instituto Padre Manjón. Más tarde hice Comercio Exterior y un módulo de Administración de Empresas, también en Granada. Y aquí estoy dedicado plenamente a la intermediación y promoción inmobiliaria. Ya ve, nos tiramos un tercio de nuestra vida preparándonos para aprender a lo que dedicamos los otros dos tercios para vivir de ellos. Después, por circunstancias ajenas a lo aprendido, te dedicas a algo que nada tiene que ver. En la actualidad soy el gerente de una agencia inmobiliaria en Alcalá la Real, llamada Bolsa Inmobiliaria, que nació como tal en el año 1994, gracias a la experiencia de su fundador, Valeriano Montañés Escobar, mi padre, mi amigo y mi socio.
—¿Habla entonces de tradición familiar?
—Por supuesto, mi padre llevaba dedicado a la intermediación y la promoción inmobiliaria mucho tiempo, incluso antes de que yo naciera, aparte de otras muchas empresas que fundó y otras de las que fue promotor.
—Al hacerse cargo de la empresa, ¿cuáles fueron sus principales apoyos? ¿Encontró muchas dificultades?
—Siempre que montas un negocio, los comienzos son difíciles y duros, pero cuando cuentas con la experiencia y el nombre de Valeriano Montañés en su haber, es como si se allanara el camino. Las cuestas arriba, él las hacia cuesta abajo, y eso que el negocio lo abrimos después de la crisis de 1993, cuando la actividad inmobiliaria estaba por los suelos. Pero, aun así, el primer año ya dimos beneficios. La agencia es familiar, ya que tengo los mejores socios que se pueden tener: mi madre y mis hermanos, a quienes les tengo que agradecer enormemente la confianza que tienen depositada en mí para llevar el negocio. Ellos están ahí siempre.
—¿Qué otras actividades atienden?
—Somos una familia de empresarios luchadores y emprendedores como mi padre. Hemos creado empresas de la nada como por ejemplo Fuente Somera, Diseños NT, Pigmea, Dessenia, Enequipo y Estampaciones Andalucía, que tienen una facturación importante para un pueblo como Alcalá la Real y que dan trabajo a muchas familias alcalaínas. En la inmobiliaria trabajamos 3 personas, entre ellas Mercedes Montañés Palmero, que me acompaña en el negocio desde antes de montarlo, pues cuando lo fundamos ella ya llevaba mucho tiempo trabajando con mi padre. Por ello, me gustaría agradecerle la ayuda y el apoyo que me da día tras día. También está con nosotros María del Mar, que es la benjamina del negocio. Referente a las otras empresas, no lo podría decir con exactitud, porque son mis hermanos los que están dedicados plenamente a ellas; pero directamente son más de 80 personas las que trabajan con nosotros e, indirectamente, ni le cuento.
—¿Cómo está el negocio inmobiliario?
—Digamos que ha habido tiempos mejores. El sector inmobiliario está atravesando una crisis importantísima en estos momentos, producidos por la inestabilidad laboral, la falta de financiación tanto a las empresas como a los particulares, y la falta de confianza de los inversores.
—¿En qué medida ha afectado la crisis?
—Ha sido uno de los sectores más afectados por la crisis, pues la inversión más importante de cualquier familia es la compra de su vivienda y, en estos momentos, no es sólo que no la puedan comprar, sino que hay familias enteras luchando para no tener que malvender la suya.
—¿Es buen momento para la compra o venta de inmuebles?
—Sí, es un buen momento para comprar. Pensemos que la vivienda ha bajado en algunos casos cerca de un 20% en los últimos dos años y dependiendo de las zonas, como en la costa, hay auténticas gangas de promotores que comenzaron a construir en tiempos de bonanza y están obligados a terminar las viviendas sin tenerlas vendidas y a la hora de entregarlas no les interesa tenerlas cerradas. Las venden en algunos casos solamente subrogándose en lo que tienen de hipoteca. Hay que pensar que ahora es bastante más difícil conseguir financiación, así que para comprar lo primero que necesitamos es liquidez, mínimo un 30% del valor de la vivienda y tener una buena nómina que nos avale ante el banco.
—¿Hay miedo en el comprador?
—Por supuesto, ahora hay gente que tiene el dinero parado en el banco por miedo a lo que pueda pasar. La situación económica del país no es la más idónea para gastarlo, pues las personas no saben si el día de mañana lo van a necesitar para comprar artículos de primera necesidad. Esto hace que el dinero vuelva a tener valor. Antes, cualquiera iba al banco y se lo daban, ahora, además de no dárselo a cualquiera y ser difícil conseguirlo y al mismo tiempo el invasor no moverlo, se convierte en un bien escaso y cuando algo escasea vuelve a tener valor.
—¿Qué perspectivas atisba de cara al año 2010 en todo el sector?
—En un principio, 2010 no será muy halagüeño, pero sí es cierto que en Alcalá la Real la agricultura mueve mucho dinero y este año se prevé que haya una buena cosecha de aceituna, de tal manera que si el aceite mantiene un precio razonable, los agricultores pueden activar un poco el mercado.