Cerrado por... recortes

Lo típico cuando pedimos un deseo es eso de “salud, dinero y amor”. En estos tiempos difíciles en los que vivimos este deseo que aúna tres pilares tan básicos y fundamentales para la vida de las personas cobra aún más sentido, especialmente, y así lo ha sido siempre, la salud. Sin salud no tenemos nada, ni ánimo para el trabajo o para buscarlo y es más complicado disfrutar con plenitud del amor.

    21 ene 2013 / 11:41 H.

    Hace unos días me contaban uno de los tantísimos casos de personas que padece un tumor en nuestra provincia. Se trata de una mujer que no llega a los cuarenta años, con dos niñas, una vida por delante y un pequeño bulto en el pecho. Vive en un pueblo de la provincia y se desplaza hasta la capital a recibir tratamiento de radioterapia y quimioterapia. Como ella, en Jaén, desde 2010 hasta ahora, se ha atendido a unos 2.400 pacientes oncológicos. Cuando una familia se encuentra con un caso como este, todo lo demás no importa. O importa menos. El objetivo principal es curarse. La enfermedad afecta a quien la padece, pero también la sufre toda la familia. En estos momentos la única esperanza la encuentran en los cuidados sanitarios, en los profesionales sanitarios que los tratan. Ante esta situación de enfermedad que, desgraciadamente, de una manera u otra todos los lectores conocen, y a pesar de esta situación de crisis y recortes que sufrimos, no debemos permitir, jamás, nunca, que se nos limite el acceso a algo tan esencial como es la Sanidad y los servicios que a través de esta se dispensan al ciudadano. Esta semana hemos leído en prensa que numerosos pueblos de España se quedan sin servicios de Urgencias nocturnos. Otros cierran a las tres de la tarde. Y otros, directamente, no disponen de profesionales sanitarios para atender a la población. En Jaén, más de lo mismo, con algún añadido, pacientes de oncología se desplazan a otras provincias. Es el caso de Cabra, en Córdoba, que en un centro privado se atiende a enfermos que necesitan radioterapia, con el consiguiente sobrecoste para la Sanidad, mientras que las obras para instalar las máquinas necesarias en el hospital de referencia para la provincia se ralentizan en el tiempo. La tijera llega a todas partes y ni el Centro Penitenciario de Jaén se ha librado de ella. Ya se ha suprimido el servicio sanitario nocturno. Y como estos, muchos más ejemplos. No señores, no. No más recortes en la Sanidad. Porque recortando aquí se recorta en la esperanza de curarse, se recorta en la salud de nuestra población. Y, mientras tanto, la mayor parte de los profesionales sanitarios, que también ven mermados sus derechos como trabajadores, se dejan la piel para atender debidamente y dispensar la misma calidad asistencial a sus pacientes… mientras otros cuelgan el cartel de “Cerrado por recortes”.

    José Francisco Lendínez es enfermero