Celo y rigor con los alimentos

La sociedad española es cada vez más sensible al despilfarro de comida de establecimientos privados o públicos.

    20 ago 2015 / 09:36 H.

    De hecho, todas las grandes cadenas alimentarias intentan que los alimentos que están en buen estado, pero por sus parámetros de calidad no pueden venderse en tienda pasen a organizaciones no gubernamentales que puedan darle un buen fin. En este sentido, el episodio denunciado por vecinos de Peñamefécit y del que se hizo eco este diario en la edición del miércoles se enmarca en esa sensibilidad hacia la manipulación de comida. El servicio de entrega de menús para dependientes contratado por el Ayuntamiento de Jaén incumple su propio protocolo al tirar comida en contenedores públicos. Como recogió este periódico bandejas de productos no caducados, aunque, en algunos casos, se haya roto la cadena de frío, acaban en un contenedor que acaba siendo punto de encuentro de personas que recogen dichos alimentos. Junto a estas bandejas también se tira fruta fresca.
    Al margen de los protocolos esgrimidos por la empresa a la hora de deshacerse de menús que no se consumen, incumplidos en este caso, corresponde al Ayuntamiento de Jaén comprobar escrupulosamente el mantenimiento del servicio que presta la empresa a los usuarios y que se cumplan las condiciones del concurso público. La situación de necesidad de muchas familias hace que determinados contenedores sean un foco de atención para recoger alimentos que aún están en buen estado. Si como se esgrime parte de estos menús no están en condiciones de ser consumidos no pueden tirarse en la calle y junto a otras piezas que sí lo están con el peligro que ello supone.