Cautela, pero no alarmismo

La llegada a España del misionero afectado por el ébola ha abierto un delicado debate social sobre la idoneidad de esta decisión, por los supuestos riesgos que implica para el resto de la población. Tanto es así, que des de la Comisión Europea se ha descartado de manera expresa que exista riesgo de propagación de la enfermedad por este continente ante la repatriación del misionero y una religiosa afectados. La inquietud no debe llevar al alarmismo, pero sí es cierto que tiene su fundamento, si se tiene en cuenta que casi 900 personas han muerto por el ébola en los cuatro países donde se ha reproducido el brote hasta ahora Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria.

    07 ago 2014 / 22:00 H.

    Todas las precauciones son pocas cuando se trata de una dolencia altamente contagiosa y para la que no existe por el momento cura conocida, pero los protocolos están claros y el Gobierno garantiza su aplicación exhaustiva. En este sentido, agentes de la Guardia Civil que realizan tareas de inmigración han reclamado ya unas pautas específicas a seguir, dadas las condiciones de su trabajo. Con todo, desde la organización Médicos del Mundo se califica el brote como epidemia por las dimensiones que ha alcanzado la enfermedad y se insiste en que es ahora el momento de poner todos los medios que sean precisos en los cuatro países afectados porque existe un claro riesgo de expansión global. Es preciso que desde las autoridades competentes se extreme la prudencia y la transparencia a la hora de abordar este asunto, para enviar a la sociedad un necesario mensaje de tranquilidad. No hay tiempo que perder y es precisa una alianza internacional para volcar en el origen de esta enfermedad toda la ayuda que sea precisa y más.