22 may 2014 / 22:00 H.
Dios está muy enfadado. Su gran casa en Jaén tiene muchas posibilidades de no ser Patrimonio de la Humanidad. El Todopoderoso, desde Sodoma y Gomorra y las plagas de Egipto, no había usado métodos tan drásticos, pero no soporta que la Unesco pase de la Catedral. “¡Estos mortales!”, ha de pensar. Lo primero que ha enviado a Jaén es una nube de mosquitos. Era imposible hablar sin que se te metieran en la boca. Luego, la “Banda del Perro” en Martínez Molina. Está compuesta por dos chuchos que salen detrás de muchos jiennenses como si fueran huesos andantes. Si te descuidas, te muerden. Después, ratas en La Merced. Los vecinos dicen que chillaban como si cantaran ópera: “güi, güi, güi”. Y dicen que hay gusanos en troncos olivos en Torredelcampo y que una cigüeña ha anidado en la antena de telefonía de Los Olivares. O los niños empezarán a llegar por whatsap o está para espiar nuestras conversaciones. Ojo con lo que se dice por teléfono, que escucha la cigüeña. Hay que hacer algo para que la Catedral sea Patrimonio de la Humanidad antes de que veamos al Lagarto de La Magdalena acostado en Deán Mazas.