Casi nadie se salva

Cómo se permiten los disparates que están sucediendo? ¿Y cómo nos quedamos tan tranquilos? La gente no debería aguantarse —adormecida— ante los desmanes que, por cotidianos, nos asolan. No podemos acostumbrarnos ni conformarnos.

    26 oct 2011 / 10:18 H.

    Desde las altas cúpulas de la economía, la bolsa, los bancos y los puestos ejecutivos, hasta el último reducto de la política local, casi nadie se salva. Dijo Felipe González el otro día que raramente suele coincidir con Emilio Botín en sus opiniones, y que esta vez lo hacía respecto a que no hay que seguir recapitalizando los bancos, porque al fin y al cabo esos sueldos descomunales que se está pagando a los banqueros son a base de dinero de todos. O sea, por favor, que el Estado no inyecte más dinero público en el sector privado, porque lo están administrando y embolsándoselo los consejeros y demás morralla tecnócrata. Así nos va. El gobierno de Zapatero no sabe por dónde tirar, desorientado y sin ideas. Y es una pena, porque le está haciendo el juego a los del PP, que cuando llegue se encontrará el campo allanado. ¿Quién va a cuestionar que el señor alcalde José Enrique Fernández de Moya sea, además de alcalde de la ciudad de Jaén, parlamentario andaluz y portavoz de Economía, secretario provincial, vicesecretario general del PP-A, profesor de Derecho Financiero de la Universidad de Jaén, a lo que hay sumar que próximamente sea también senador, que es por donde recibirá el sueldo mayor? ¿He olvidado algún cargo? Posiblemente haya dejado las clases.
    Juan Carlos Abril es escritor