Carta abierta
Lorenzo Rueda Peña desde Jaén. Dirigida a Juan Carlos Rodríguez Ibarra: Estimado señor Rodríguez Ibarra, leo con asiduidad los artículos que viene escribiendo en Diario JAEN y, aunque discrepo de algunas de sus ideas políticas y propuestas socioeconómicas, siempre me agrada analizar y pensar sobre lo que leo, aunque repito, no siempre esté de acuerdo con lo expresado.
Me he animado a escribirle esta carta después de leer su último artículo titulado “Recapitulando para actuar”, publicado el día 11 de junio de 2012. Desconozco cual es su preparación académica, pero de la lectura de su artículo deduzco que, al menos en temas económicos, es un ferviente seguidor de Keynes, abanderado por excelencia de todos los socialdemócratas y defensor a ultranza del gasto público como método de crecimiento económico. Para su desgracia y para la de todos los españoles, el exceso de gasto público llevado a cabo por el PSOE y el PP en el uso y abuso de las instituciones públicas es, principalmente, lo que nos ha llevado a la situación que actualmente estamos padeciendo. Y usted sin embargo, en el final de su artículo, insiste en que “si no vamos a una política de gasto público, las cosas no van a mejorar” ¡Toma ya¡ ¿Usted sabe lo que está diciendo? Se lo explico muy rápido. Según usted, la situación actual, con unos niveles de deuda pública desorbitados, las empresas refinanciando sus deudas porque no pueden hacer frente a los vencimientos y las familias hasta el cuello de hipotecas, se arreglaría con más deuda. Y cuando no podamos ni pagar los intereses de la deuda, pues más deuda. Y así ¿hasta cuando?
Evidentemente, estas políticas de gasto expansivas son muy atractivas para los ciudadanos en general y para los políticos en particular. Es mucho más fácil, y demagógico, atraer a la masa social a la barra del bar, a sabiendas de que las copas están siempre llenas, a que el tabernero diga que no hay más copas porque no hay nadie dispuesto a pagarlas. Estas son las políticas con las que el inefable Paul Krugman nos viene martilleando domingo tras domingo en el diario “El País”, y que tanto agradan a gran parte de la masa social y política de este pais. El crecimiento económico no debe venir por la vía de más gasto público y más consumo, sino que debe hacerlo por la exportación, el ahorro y la inversión en bienes de capital. A modo estrictamente pedagógico le voy a transcribir el siguiente párrafo: “Una expansión artificial del crédito, es decir, no respaldada por ahorro voluntario previo y mediante la manipulación a la baja del tipo de interés, tiende a aumentar la inversión y a crear un falso auge económico, dado que los precios han sido distorsionados por la mayor masa de dinero circulante en la economía. Estas inversiones, que no hubieran sido emprendidas de no ser por la mencionada distorsión, sobreutilizan los bienes de capital acumulados, desviándolos a proyectos no rentables y tarde o temprano producirán sobrevaloraciones en algunos activos. Tales burbujas inevitablemente acaban estallando. Cuando la emisión de nuevos medios fiduciarios cesa, las tasas de interés artificialmente bajas se acomodan en su verdadero nivel de mercado, generalmente muy superior al establecido por los bancos centrales dada la escasez de bienes de capital. Esto corta abruptamente el flujo de crédito barato, y las inversiones que parecían rentables con precios inflados ahora dejan de serlo. La crisis estalla y se efectúa la natural liquidación de las inversiones erróneas” ¿ Le suena esto a algo? Este párrafo no es de mi cosecha, fue escrito por Ludwig von Mises en 1912 en su libro La Teoría del dinero y el crédito. Justo ahora hace cien años ya estaba este magnífico economista de la Escuela Austríaca, prediciendo lo que nos iba a pasar si hacíamos un mal uso del gasto público y del crédito bancario. Y usted en su artículo, erre que erre, más gasto público, más deuda y que los bancos den más créditos. Un poco de rigor científico, por favor, a la hora de escribir en un medio de comunicación.