Carta a mi amigo “Don Nadie”
Mi querido Tomás: Hace ya unos meses que dejaste por estas tierras familia, amigos, ilusiones. En fin, todo el proyecto de un futuro para el que te preparaste creyendo que encontrarías alguna forma de ganarte dignamente la vida.
La miseria material de la que no salimos en esta Andalucía, en este Jaén, la vileza moral de quienes dicen representarnos viviendo en un mundo completamente diferente al nuestro, el enchufismo, el favoritismo, el amiguismo, la corrupción favorecedora de la nueva clase social de los políticos. Los nuevos sofistas hicieron que el sudor de tu frente tuviera que darse en tierra extraña, con lengua extraña, con costumbres extrañas, con corazón extraño. Con tu documentación en regla, con tu maleta, guardando cola, te dirigiste hacia donde pudiste encontrar la oportunidad de ganarte el pan honestamente, con honor.
No eres un refugiado de ningún sistema violento, nadie te sacó de tu casa a punta de pistola. Podías haberte quedado entre nosotros y morir de hambre lentamente, envuelto en la Constitución proclamadora de derechos. Tampoco eres emigrante, tú eres ciudadano europeo y puedes pasear tu hambre libremente por toda la Unión. Así, pues, te convertiste, a base de ser un privilegiado del Estado Español y la Unión Europea en un perfecto “Don Nadie”. Ya no eres persona, porque se les reconoce, por el mero hecho de serlo, derechos como vivienda, manutención, sanidad, educación, seguridad, etcétera. A ti se te niega, eres libre y no huyes de las circunstancias que te hacen imposible vivir entre los tuyos. Lo que haces es proyectarte de forma personal y profesional en el mundo globalizado, eres un emprendedor y como tal debes asumir el riesgo de unirte a la miseria.
Mi querido amigo no sé cuándo volveremos a vernos ni dónde, o si eso ocurrirá. Deseo que conserves la rabia y nunca pierdas la oportunidad para hacer justicia sobre quienes te han puesto en la vida como una “no persona”, un “Don Nadie”.
Manuel Miguel Caro Gabucio/ jaén