Carta a Joan Rosell

Enrique Rodríguez García desde Jaén. En su corta trayectoria como patrón de patrones ya ha tenido ocasión de sorprendernos con más de un exabrupto, siguiendo, y aún superando, los de su antecesor en el cargo, ahora encausado como presunto ladrón y sinvergüenza. Usted le propone al embustero mayor del Reino que ponga en sus manos el arreglo de la situación del país y en pocas horas, con su ideada reforma laboral, acaba con la panda de desocupados que no quieren trabajar, porque está totalmente convencido que es falso el número de parados que arroja la Encuesta de Población Activa, como también lo es que todos esos indolentes estén buscando trabajo, cuando en realidad, la suya, es que solo quieren vivir de la sopa boba del Estado.

    13 feb 2013 / 15:42 H.

    ¿Cuál es su reforma laboral, la de los parados en la plaza del pueblo esperando al capataz del patrón a ver si tienen suerte que les toque con la vara para ese día ir al tajo a sudar de sol a sol para ganar unas migajas de pan y, encima, darle las gracias por su caridad? Ya vemos los resultados de la milagrosa reforma laboral de Don Tancredo, como abaratando despidos, haciendo desaparecer la concertación social y dejando hacer a sus representados lo que les viene en gana, en un año de existencia ha incrementado el número de parados en cerca de un millón y los que aún siguen trabajando, en condiciones impensables. También vuelve a señalar a los funcionarios como apestadas sanguijuelas chupasangres que hay que eliminar y la solución que propone es dejarlos en su casa, aunque sea a costa de un subsidio, a tenerlos gastando folios, teléfono, luz y tocándose los cojones en su puesto de trabajo. Señor Rosell, toda la sociedad clama por la pérdida del estado del Bienestar, ese que teníamos hasta hace poco gracias al trabajo y dedicación de los funcionarios a los que usted llama holgazanes. ¿Quiénes son los que sobran? ¿Los cirujanos de hospitales públicos, los médicos de los centros de salud, los enfermeros y auxiliares de clínica, los maestros de infantil y primaria, los profesores de Secundaria o Universidad, los policías y guardias civiles, los bomberos, los funcionarios de vigilancia penitenciaria, los magistrados, jueces y fiscales, los inspectores de Hacienda o los de Trabajo y Seguridad Social, los administrativos que gestionan y facilitan la declaración de la renta, el permiso de residencia de un extranjero o el permiso de conducir, etcétera? Por supuesto que sobran funcionarios para externalizar los servicios públicos, nuevo término acuñado para referirse a su privatización, pero eso no es lo que quiere el pueblo español, que a diario se manifiesta para recuperar la educación, la sanidad y los servicios sociales dignos que antes recibían gracias a esos funcionarios a los que usted insulta. Señor Rosell, no sobran funcionarios en España, lo que sobran son políticos y empresarios ladrones y corruptos a los que, como a usted, me atrevo a recomendarles que se marchen por su cuenta de una vez, antes de que seamos los ciudadanos los que les echemos a la fuerza.