Carrillo y el PCE
Que si Roma y lo de los traidores, que si lo de los vientos y las tempestades. Tantas y tantas patrañas: Hacía algún tiempo que había decidido libremente callar la boca y dejarme llevar por la corriente cual camarón adormecido. Así estoy siendo testigo mudo de tantas y tantas manipulaciones y desinformaciones interesadas de lo que a nuestro alrededor está ocurriendo.
Haciendo memoria, (no de la histórica), y tampoco de la prehistórica, me acuerdo de aquellos acontecimientos vividos en los que luchábamos por unos derechos y una democracia incipiente, débil y novedosa para la gente de mi generación. Éramos “guiados” por el ejemplo de nuestros mayores que defendían y transmitían valores como los de libertad, justicia, igualdad e independencia ideológica y con lemas republicanos/anarquistas de “ni Dios, ni rey, ni señor”. No eran tiempos fáciles ni gratuitos y a todos, en mayor o menor medida nos costaba sacrificios, esfuerzos, desarraigos, etc. etc. e incluso dinero. Teníamos dirigentes que empezaron a “sacar los pies del tiesto” e “inventarse” cosas como lo del “eurocomunismo”, que dividió y debilitó al partido, se “inventó” el “Juancarlismo” para que hasta la más rancia y anacrónica derecha aceptara al Rey y allanó con estas “cosillas” e inventos la legalización del PCE aquel Sábado Santo, claro está, a cambio de la renuncia de principios básicos de nuestra razón de existir, como la bandera y otras. Al menos y como muy positivo, dio como fruto una transición, más o menos ejemplar y pacífica. Hasta ahí, más o menos la historia a grandes trazos, pero qué duda cabe, siguieron los “inventos”, como lo de la “casa común”, la memoria histórica y otras zarandajas cuyo resultado ha sido la absorción del PCE por el PSOE y la “desmembración”, división y apatía de CC OO que desde sus inicios se había mantenido al margen y libre de politizaciones y tuvo que ver abandonos como los de su secretario general. Y tantos y tantos cuadros sindicales a la “casa común de la izquierda”. Todo esto es la historia que no interesa ni es contada por ningún medio de comunicación. Los que en cierta medida, la hemos sufrido o escrito, nos importa un bledo que no lo hagan, pero a los que como yo vivimos y creímos en aquellos viejos valores de la izquierda, nos duele y así pretendemos plasmarlo en escritos como el presente, tanta manipulación informativa, tantos “lavados de cara” y tantas falsas alabanzas. Y sobre todo, no deja de asombrarnos la aceptación de lo de la casa común que llega al punto de que se nos fue nuestro líder Marcelino y no tuvo ni el ofrecimiento de nuestra sede ni el ceremonial realizado a este “camarada”.
José Cubero López desde Jaén.