Carolina Sánchez Malo. "Quesada Solidaria ocupa gran parte de mi tiempo"
Ana Domínguez Maeso
Carolina Sánchez Malo es la mayor de los cuatro hijos de Carlos y Carola, quienes tienen una vitalidad envidiable a sus casi 80 años. La pareja sigue viviendo en el que, para ella, es el mejor pueblo del mundo: Quesada. Carolina Sánchez tiene dos hijas, un marido, buenos amigos y un título de médico especialista en Endocrinología y Nutrición.

Carolina Sánchez Malo es la mayor de los cuatro hijos de Carlos y Carola, quienes tienen una vitalidad envidiable a sus casi 80 años. La pareja sigue viviendo en el que, para ella, es el mejor pueblo del mundo: Quesada. Carolina Sánchez tiene dos hijas, un marido, buenos amigos y un título de médico especialista en Endocrinología y Nutrición.
—¿Cómo fue su infancia?
—He tenido la suerte de vivir una infancia feliz, en el seno de una familia grande, con abuelos, tíos, primos y Navidades de lujo. Mi tío Pedro Malo me abrió las puertas al mundo. Era farmacéutico, escritor, periodista, fundador de la Tuna de farmacia. Me enseñó a dibujar, a escribir, a pensar, a soñar porque tenía una fantasía prodigiosa. También nos llevaba en Quesada a cazar “gambusinos”. Era un mundo mágico hecho a nuestra medida. La adolescencia la viví como todos los de mi época, con rebeldía durante la Transición. A los 18 años me fui a Granada a estudiar Medicina y allí me encontré con el que es el compañero de mi vida y con el que hace veinte años vine a Jaén para ejercer la profesión que nos une: la Medicina.
—¿Cómo es su vida familiar?
—Aunque la Medicina me ocupa demasiado tiempo, me encanta el fútbol, leer, el cine, la música y salir de compras con mis hijas. Siempre que puedo me escapo a mi pueblo y disfruto de mi familia, amigos, vecinos, paisajes y los cuadros de Zabaleta.
—¿En qué emplea el tiempo libre?
—Me encanta la pintura. Disfruto creando cuadros al óleo y, desde luego, todo el tiempo que tengo se lo dedico a Quesada Solidaria.
—¿Qué es Quesada Solidaria?
—El 1 de noviembre de 2002, Basilio Dueñas, cirujano de Quesada, convocó a sus vecinos a una reunión en la Casa de la Cultura. Llegaba de Antigua, en Guatemala, de una expedición quirúrgica con médicos de Ibermed y supo de la existencia de otra Quesada allí. La conoció y lo que vio le conmovió: aquellos quesadeños habían tenido menos suerte que nosotros. Les había tocado vivir en la cara menos amable del mundo y padecían todo tipo de miserias. Entonces nos propuso fundar una ONG para ayudar a nuestros paisanos del otro lado. Así, con su vitalidad arrolladora, consiguió que aquel día naciera Quesada Solidaria (QQ). Dos meses después, la noche del 31 de diciembre, Basilio, Paco Vico y Pilar Herrera, junto a otros miembros de QQ, dejaron a sus familias y partieron en su primera expedición de reconocimiento para hacer un plan de necesidades.
—¿Cómo funciona la ONG?
—Hoy, diez años después, somos algo más de trescientos socios. Yo soy vocal de la junta. Hemos hecho mucho, pero cada día nos queda otro con mucho por hacer. Lo que comenzó con una vocación sanitaria, ha crecido hasta una dimensión igual de importante, el área educativa.
—¿Qué actividades realizan?
—En salud, cada año realizamos nuestro Proyecto Quirúrgico. Durante quince días, en septiembre, un grupo de profesionales trabaja durante diez horas diarias, haciendo intervenciones quirúrgicas y exploraciones radiológicas y digestivas. Los miembros del equipo son de hospitales de Jaén y otras provincias de Andalucía y de España. Se desplazan altruistamente y cargan con un “pesado” equipo de material médico, quirúrgico, ropa y libros hasta Guatemala. Construimos un consultorio que dotamos de médico y enfermera que atienden a veinte mil personas dispersas en veinticinco aldeas que se distribuyen en un radio de ochenta kilómetros cuadrados.
—¿Qué otras intervenciones programaron?
—Nuestra intención fue ser un referente sociosanitario que permita el acceso de los más desfavorecidos a los servicios sociales. Para hacer nuestro trabajo sostenible en la comunidad, nos reunimos con los líderes comunitarios para trabajar con y por ellos. Realizamos programas informativos sobre el uso racional del medicamento o planificación familiar. Uno de nuestros proyectos más queridos es el dirigido a la salud de los niños.
—¿Qué programas tienen en Educación?
—Tras un proceso de sensibilización, liderado por Pepe Román, concienciamos a los escolares de que hay otras vidas menos amables que las nuestras. Así, con la colaboración de todos se adecentaron los suelos, techos, patios, baños, sillas, mesas de muchos colegios de aquella zona que cuelgan en sus paredes la foto de su colegio hermano de Jaén. Además, se realizó un curso de perfeccionamiento para el profesorado y se instaló un aula de informática.
—¿Tienen nuevas vías de acción para el futuro?
—Construimos pozos, bombas hidráulicas, canalizaciones y saneamientos de agua para evitar enfermedades. Montamos un taller de confección para mujeres con máquinas de coser y una panificadora. Desde 2006, trabajamos en la región de San Rafael del Norte, en Nicaragua, donde construimos un hospital. Tenemos un médico para atención primaria.
—¿Cómo se subvenciona la ONG?
—Todo esto es posible a través del dinero que conseguimos mediante diferentes vías: la cuota de los socios, las donaciones de particulares, las subvenciones a proyectos solicitados a organismos públicos y privados. Organizamos galas benéficas, exposiciones, obras de teatro, venta de lotería y de calendarios. Cualquier acto que nos pueda reportar un dinero que empleamos bien. Detrás de todo lo conseguido está la labor de un equipo humano del que quisiera destacar a Basilio Dueñas, Paco Vico y Juan Moreno. Ellos, como yo, son médicos, padres, abuelos, hijos que tienen deberes con sus trabajos y sus familias, pero son especiales, son incansables, inasequibles frente al desaliento y, créanme, que el desaliento sopla muchas veces como un huracán. Siempre están ahí.
—¿Qué le pediría a la población en general y a los jóvenes en particular?
—Nos queda tanto por hacer que desde estas páginas voy a pedir su ayuda. Necesitamos socios, porque sus cuotas son las que nos permiten subsistir. En esta época de crisis las ayudas externas van a disminuir y necesitamos tener una base para poder seguir adelante. También necesitamos ideas, jóvenes con capacidad para elaborar proyectos con los que poder pedir ayudas, las ONG se están profesionalizando y nosotros necesitamos a profesionales que nos ayuden. Tenemos una página web que hay que actualizar y de eso la gente joven sabe mucho. Entrad en ella y dadnos vuestras ideas y colaboración. Ser miembro de Quesada Solidaria es gratificante. Ves en directo lo que hacemos y para quién lo hacemos. En cada contenedor que cargamos con nuestras manos van los juguetes de vuestros hijos, las medicinas que alivian el dolor, los libros con los que aquellos niños podrán dejar de ser pobres. En esos contenedores cargamos con nuestro sudor un poco de alegría y esperanza en un mundo más justo.