CARMEN MORENO LÓPEZ. "Trato de enseñar a ver la belleza de lo cotidiano"
Juana Pastor
Nos abre las puertas de su casa la familia Mateas Moreno. Paso a su rincón de trabajo, el estudio de Carmen en el que descubrimos —como en las flores— un mundo de mil bellezas… Cuadros, bocetos, apuntes pinceles, óleos, retratos de familiares… Todo lo que es su razón de vivir. En él, pasa muchas horas, mezclando colores, dando formas a esa figura que crea su imaginación, en definitiva, dando vida a su obra. Mira a los ojos cuando habla y su mirada transmite toda la fuerza que imprime en sus cuadros. Esposa, madre y abuela feliz.

Nos abre las puertas de su casa la familia Mateas Moreno. Paso a su rincón de trabajo, el estudio de Carmen en el que descubrimos —como en las flores— un mundo de mil bellezas… Cuadros, bocetos, apuntes pinceles, óleos, retratos de familiares… Todo lo que es su razón de vivir. En él, pasa muchas horas, mezclando colores, dando formas a esa figura que crea su imaginación, en definitiva, dando vida a su obra. Mira a los ojos cuando habla y su mirada transmite toda la fuerza que imprime en sus cuadros. Esposa, madre y abuela feliz.
—¿Acierto?
—Por supuesto, muy feliz en mi vida familiar, ya que ellos son para mí lo más importante; sin lugar a dudas, es mi mejor baza crear un buen ambiente en mi entorno de familia, amistades y vida profesional; esto siempre nos ayuda a conseguir nuestros objetivos. Mi felicidad hoy es que los míos la vivan también y la compartamos mi marido, mis hijas Carmen-Reyes, Eva, Mercedes y Beatriz; y cómo no dedicar todo el tiempo que me es posible a mis nietos, Manuel, Alberto y Beatriz, los reyes de nuestra casa.
—¿Muy jiennense?
—Respiro Jaén por todos mis poros, siento y vivo esta tierra de nuestros amores. He recorrido todos sus rincones y te diría que conozco palmo a palmo todas y cada una de sus calles, aunque me detenga en la calle Fermín Palma, pues en un piso de esta nací. Allí vivía una hermana de mi madre, mi maína, alguien fundamental en mi vida. Recuerdo mis años de infancia con especial cariño, como recuerdo también a compañeros de estudios en Zafra (Badajoz) y que, al pasar los años y reencontrarnos después, hemos rescatado toda la frescura de unos años hermosos.
—¿Desde cuándo su vocación por la pintura?
—Creo que desde que tengo memoria de mí misma. Mi madre me enseñó dos lenguajes: el de la palabra y el de la pintura.
—¿Cómo define su estilo?
—No me defino, prefiero que lo hagan los demás.
—Desde el año 2002, trabaja como monitora de la Universidad Popular. ¿Cómo llega ahí?
—A raíz de mi participación en el ciclo de “Pintores de Aula”, la Universidad Popular Municipal se interesó por mí, si bien, mi incorporación como monitora en este centro se hizo algo más tarde.
—¿Qué materias, técnicas o materiales trabaja: óleo, dibujo…?
— Al ser el taller de “Pintura y Dibujo” abarca todo el mundo pictórico, o sea: dibujo con técnicas de carboncillo, lápiz, pastel… y pintura con técnicas de óleo, acrílicos, acuarela, entre otras. Todo esto apoyado por nociones teóricas básicas, visitas guiadas a museos y exposiciones y salidas al exterior para tomar apuntes del natural.
—¿Asisten iniciados sus alumnos ya en la pintura o la mayoría parten de cero?
—Hay de todo. Yo he establecido dos niveles en los talleres. Un primer nivel en el que empezamos por la base del dibujo y la pintura; y un segundo nivel, en el que avanzamos tanto en el dibujo como en las distintas técnicas pictóricas.
—Dependiendo de la Universidad Popular, ¿atiende algún otro colectivo?
—Sí, soy monitora de otro taller en el que el dibujo y la pintura se emplean como terapia para ayudar a la reinserción social del enfermo mental, dentro de un proyecto andaluz en el que intervienen otras instituciones como “Faisem”.
—¿Cuántos alumnos tiene por clase?
—El taller de “pintura y dibujo” de la sede central consta de cinco grupos de alumnos a razón de 12 a 18 cada uno; en el de pintura como “terapia psíquica”, que se imparte fuera de la sede, dos grupos, cuyo número es de 10 a 12 alumnos cada uno.
—-Ante el curso que comienza mañana, ¿qué objetivos se marca?
—Que el alumno adquiera la “gozosa mirada del pintor” y sea capaz de plasmarla.
—Y, ¿qué aconseja al alumno?
—Que “vea” y persevere. La constancia es imprescindible para conseguir nuestro objetivo.
—¿Cuántas horas diarias imparte clases en la UPM y cuántos días a la semana?
—Lunes y miércoles, seis horas; martes, jueves y viernes, tres horas.
—Por la experiencia como monitora de cursos anteriores, ¿podemos hablar de buenos resultados en el alumnado de la Universidad Popular?
—Son óptimos, tanto en los veteranos, como en los que no han cogido nunca un lápiz para dibujar. Al terminar el curso de siete meses, a razón de 3 horas semanales, ven maravillados cómo pueden plasmar lo que los rodea con belleza y acierto. Yo les digo, y es verdad, que los únicos que no conseguirán esto son aquellos que abandonan.
—¿Qué puede servir de estímulo a un aprendiz de pintura para que no tire la toalla?
—Abrirles la puerta al maravilloso mundo de la pintura, que ya no puedan vivir sin ella. ¿Cómo? Enseñándoles a “ver”, no solo a mirar, ver los matices, colores, sombras y perspectivas; ver la belleza de cosas cotidianas que están ahí desde siempre y, a veces, pasamos sin verlas. Esto yo trato de conseguirlo no solo con la práctica del taller, sino saliendo al exterior para aprender a ver la realidad y la pintura de otros. Una vez que adquieren la “gozosa mirada del pintor” (Renoir), para ellos no habrá días feos, todos serán bellos; los días grises, como los luminosos. El más espléndido cuadro abstracto es un cielo con nubes. Es fundamental que cuando atraviesen la puerta del taller entren en un mundo de libertad, de relax y compañerismo. Crear con estos ingredientes un micromundo en el que se olvide todo menos la obra que estén pintando. La UPM es una dinamizadora de conocimiento y creatividad en la ciudad de Jaén. Los cientos de alumnos que acuden a ella, así lo entienden.
—¿Cuál es la técnica más solicitada al matricularse el alumno?
—Ellos vienen con la mente abierta, dispuestos a someterse a lo que el monitor crea más conveniente. Empezamos por el “esqueleto” de la pintura, o sea, el dibujo, con las técnicas que le son propias, carbón, pastel y lápiz, entre otras. En este campo, quizá el rey sea el pastel por su riqueza de colorido. Cuando avanzamos en las técnicas pictóricas, óleo, acrílicos y acuarelas, ahí el astro rey indiscutible es el óleo.
—¿Cuántas exposiciones en su haber?
—Entre la primera individual en el año 1982 y la última en junio del 2011 —también individual— y las colectivas, ha habido aproximadamente unas 40 exposiciones.
—¿Figura humana o paisaje?
—Para mí son un todo, ambos conforman la vida y, a su vez, mi mundo pictórico.
—¿A quién o qué le gustaría pintar?
—A quien despierte en mí una emoción.
—¿Su principal motivo de inspiración?
—La vida misma.
—Cuando se sienta ante un lienzo, ¿le gusta escuchar música?
—Generalmente, sí. Aunque muchas veces, prefiero el silencio vivificado por el rumor de la calle o de la naturaleza.
—¿Puede influir en el resultado?
—Puede a veces tanto, que, por ello, con frecuencia prefiero el silencio.
—¿Se puede vivir de la pintura?
—Se vive por ella; de ella, es difícil.