Cariñoso adiós al magistrado más antiguo de la provincia
Una placa en la que se agradece su dedicación al mundo de la Justicia; una pluma para firmar las sentencias que, como magistrado emérito de la Audiencia, todavía le quedan por dictar, y un reloj para medir el tiempo libre que le ha dejado su jubilación. Esos son los tres regalos que recibió de sus compañeros y amigos José Cáliz Covaleda, hasta ahora el magistrado más antiguo de la provincia. El juez, que lleva más de cuatro décadas vistiendo la toga, se jubiló el pasado 1 de septiembre, tras cumplir los 70 años reglamentarios. Y ayer disfrutó del cariñoso homenaje que le tributaron los “operadores jurídicos” de la provincia. Fue en un almuerzo celebrado en el Hotel Condestable Iranzo de la capital y al que asistió más de medio centenar de comensales para despedir al juez Cáliz.

Familiares, amigos, magistrados, fiscales, secretarios judiciales, abogados, procuradores, graduados sociales, catedráticos, forenses y funcionarios judiciales participaron en el adiós a un hombre que comenzó su trayectoria profesional como policía secreta en 1968 —con poco más de veinte años— y que dio un giro a su vida cuando decidió prepararse como juez. Consiguió su plaza en 1974 y tuvo su primer destino en Villanueva del Arzobispo.
Tras pasar por Beas de Segura, Marbella y Puertollano, recaló en Jaén, donde ha pasado los últimos 30 años, salvo un breve intervalo de tiempo en la Audiencia Territorial de Granada. Está en la Audiencia de Jaén desde octubre de 1990 y ha presidido la Sección Tercera desde 2001 hasta su jubilación. Además, también ha sido profesor de Derecho Civil y Derecho Romano durante 26 años, tanto en la Uned como en la Universidad de Jaén: “No es más feliz el que hace lo quiere, sino el que quiere lo que hace y yo puedo decir que pertenezco a este segundo grupo”, sostuvo ayer un emocionado Cáliz Covaleda en su discurso de agradecimiento. Una intervención en la que hizo un recorrido por toda su trayectoria, a través de los profesionales con los que compartió labor y que se convirtieron también “en amigos”.
Y fue la presidenta de la Audiencia de Jaén, Elena Arias-Salgado, la que habló en nombre de todos esos “amigos”. “Es de justicia que nos reunamos contigo para mostrarte el cariño y el aprecio que surgen de tan larga convivencia”, explicó. Y destacó: “Siempre has demostrado grandes conocimientos jurídicos y prácticos, además de lógica y sentido común”. La magistrada mostró su sorpresa por el hecho de que Cáliz Covaleda solicitara al Consejo General del Poder Judicial continuar como magistrado emérito. “Entiendo que es difícil cortar de raíz con un trabajo como el nuestro, que impregna la vida y el quehacer cotidiano. Supongo que ser juez es para toda la vida”, le dijo. Y es que no es fácil quitarse la toga tras más de cuatro décadas dedicado a la Justicia.