Caridad y justicia social

Desde Úbeda. En Úbeda la avalancha masiva de inmigrantes en busca de tajo para la aceituna creo que está superando todas las campañas anteriores. En estos días de frío, en los que decenas de personas duermen al raso, la sociedad ubetense está dando muestras, al margen de la apatía de sus políticos, de una gran solidaridad.

    04 dic 2013 / 08:18 H.

    Sin embargo, cuando la solidaridad se incrusta en un paradigma religioso, se convierte en caridad o en misericordia, aspectos loables de la conducta humana, pero insuficientes, y que pueden convertirse en un arma de doble filo. Si de manera urgente la caridad resuelve la supervivencia inmediata de los necesitados, es al mismo tiempo un soporte inestimable del poder para contener el estallido social. Por tanto, la caridad debe ir acompañada de protesta social, de manifestación, de crítica pública sobre aquellos sujetos responsables de la injusticia y del desequilibrado reparto de la riqueza. Dar caridad estos días de frío es muy necesario para el afectado, pero infructuoso para el avance social, la conciencia colectiva y personal sino va acompañado de la crítica pública y manifiesta. En caso contrario se convierte en un elemento de sosiego de la conciencia. Por último, es absolutamente incompatible practicar la caridad y al mismo tiempo sostener de manera activa con nuestro voto y de manera pasiva con nuestro silencio la maquinaria política que permite estas injusticias.
    Pedro Ángel Latorre Román