Canena y el clarinete inician un prometedor camino juntos

Renacimiento, olivar y música. Canena suma otra apuesta cultural y reúne, durante estos días, a profesionales del clarinete que, además de perfeccionar sus interpretaciones, se llevan lo mejor de la cultura del municipio y su comarca.

12 ago 2015 / 09:00 H.

Es gracias al segundo curso Villa de Canena, iniciativa del clarinetista local Manuel Jódar Siles, profesor de este instrumento en el Conservatorio Superior de Málaga. Madrid, Valencia, Barcelona, Granada, Almería, Huelva y Melilla son las de las ciudades de las que proceden los dieciocho clarinetistas profesionales y estudiantes de Grado que han elegido Canena este verano para proseguir sus estudios. Arrancó el día 9 y se prolongará hasta mañana jueves.

“Yo creo que el que Josep Fuster sea el profesor invitado es un gran aliciente para que estos músicos hayan elegido venir a Canena, por su trascendencia nacional e internacional”, reconoce Jódar. De hecho, es profesor en la Escuela Superior de Música de Cataluña desde el año de su creación, y de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) desde 1993. Desde Málaga, llega, además, el pianista y profesor acompañante Víctor López Rodríguez. En España, apenas existen ofertas formativas de sus características, según el director, especializadas en un instrumento, destinadas a profesionales y con profesores de prestigio.

Hoy será un día muy especial dentro del curso. Los alumnos y profesores ofrecerán un concierto en el Balneario de San Andrés, a las ocho de la tarde. Es, dice el clarinetista, una forma de agradecer a Canena y su Ayuntamiento toda su colaboración en la organización e infraestructuras. Será al aire libre, en un “entorno precioso”, describe Jódar. “Ya lo hicimos allí el año pasado y este, al ser más músicos, sonará mucho mejor al aire libre”, destaca. Para la ocasión, han elegido un repertorio con clásicos adaptados a coro de clarinete. “Será un concierto muy divulgativo”, detalla. De hecho, este repertorio es “fruto” de la forma en la que cierran cada día las clases, ya que los alumnos se reúnen y forman un ensemble, coros o se dividen en cuatro o cinco voces para hacer arreglos de piezas clásicas para clarinete. Así, interpretarán, enumera, La primavera, de Vivaldi; el Adagio de Albinoni; El Barberillo de Sevilla, de Rossini; jazz latino y bandas sonoras, como El golpe, entre otras.