“Camellos” en el aparcamiento
Habían viajado expresamente desde Andújar hasta la capital para trapichear con todo tipo de sustancias estupefacientes y ganarse un dinero tan fácil como turbio. Dejaron el coche en el aparcamiento de La Salobreja y abrieron el negocio. Llevaban muy poco tiempo “grameando” en el interior del vehículo cuando fueron detectados por un policía de paisano. La actitud de los “camellos” había despertado las sospechas de este agente. Uno de ellos, que estaba sentado en el asiento del copiloto, estaba manipulando una bolsa de color blanco. Unos instantes antes se había marchado una tercera persona que, al parecer, ya había comprado su dosis.

El policía se acercó al automóvil y le enseñó su placa reglamentaria. Pronto comprobó que los jóvenes iban “cargados”: llevaban nueve barritas de hachís (21,2 gramos), 15 dosis de cocaína y 22 de éxtasis, tal y como confirma la Comisaría en un comunicado. En principio, los “camellos” se mostraron colaboradores y entregaron parte de la mercancía a los agentes que realizaron la intervención. De forma voluntaria, les dieron el “chocolate” que ocultaban debajo de las esterillas y una bolsa en la que llevaban la “farlopa”. Los jóvenes explicaron a los policías que ya no tenían más material. Sin embargo, los agentes efectuaron un registro más exhaustivo del coche. Fue positivo: bajo el volante y escondidas detrás de una placa que protege el cuadro eléctrico, hallaron dos cajetillas de tabaco que contenían doce dosis de cocaína cada una.
En ese momento, la Policía procedió a la detención de los dos jóvenes, acusados de un delito contra la salud pública. Eran las doce y cuarto de la noche del pasado jueves. En principio, los investigadores consideran que Antonio H. N., de 25 años, y Francisco N. R., de 21, se habían desplazado expresamente desde Andújar hasta la capital para vender drogas en las cercanías del recinto ferial. Al parecer, acababan de llegar porque no habían vendido prácticamente nada cuando fueron arrestados. De hecho, la Policía Nacional les decomisó 35 euros en billetes fraccionados, lo que da idea de que apenas habían trapicheado. También les fueron incautados dos teléfonos móviles. Ambos han quedado en libertad con cargos.