Cambiemos
Desde JAÉN. Los años nuevos son testigos, siempre, de nuestras buenas intenciones de mejora. Pero es difícil averiguar que nos va a hacer cambiar el 4 de enero de un año, pongamos por caso, con respecto al 27 de diciembre del año anterior.
Pensado fríamente, como el invierno, el éxito del cambio estriba en nosotros. Es cierto, que el pasar de un almanaque a otro; el finalizar una etapa y empezar otra ayuda, psicológicamente, a empezar con actitud firme de enmienda. Pero si solo nos mueve este empujón antes que después surcaremos las aguas de la vida del mismo modo a como lo hacíamos antes y tan solo nos quedará el consuelo de esperar caer las hojas del calendario para, cuando toque, arrancar, la última y repetirnos, con periodicidad anual, igual que la tierra se repite dando vueltas alrededor del sol. Aprovechemos, en nuestra marcha de la vida, el año nuevo como la ayuda que da el sendero pendiente abajo haciéndonos aligerar el ritmo y aliviar el cansancio, para que el inicio del nuevo año no sea el motor del cambio sino, simplemente, el escenario de nuestra revolución interior. Porque todos los grandes cambios tienen su origen en la suma de todas y cada una de las infinitas pequeñas revoluciones individuales. Porque si todos cambiamos, el mundo y la sociedad, inevitablemente, serán diferentes e incluso puede que hasta mejor.
Juan Manuel Chica Cruz