Cambiar el sistema para que los alumnos cambien la realidad

Los estudiantes suspenden a la hora de resolver problemas de la vida cotidiana. Ese es el último jarro de agua fría que ha arrojado el Programa de Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA), que coloca a los alumnos españoles 23 puntos por debajo de la media de todos los estados de la OCDE que participan en la prueba. Se evaluaron en total 2.700 españoles de 181 institutos. Sobre ese muestreo, se puso de manifiesto que tienen especiales dificultades para manejar y programar aparatos electrónicos que entrañan alguna complejidad, aunque pertenecen al día a día, como una aspiradora, la calefacción o un aparato de aire acondicionado, además de comprar billetes combinados o responder ante imprevistos. A la hora de interpretar los resultados, se pone de manifiesto que el problema se extiende entre muchos colegios y perfiles de alumnado diferente, por lo que se pone sobre la mesa que, con la aprobación de la Lomce, es preciso por “un cambio metodológico radical” en la docencia. No es ya problema de que los estudiantes no asimilen ciertos conocimientos, sino que una vez adquiridos, no son capaces de aplicarlos en un momento dado a cuestiones que se plantean en la actividad cotidiana. Con la realidad en evidencia, el sistema educativo es obvio que falla. Poner los medios para remediarlo resulta primordial, por el bien de las futuras generaciones.

    04 abr 2014 / 22:00 H.