Cámara sin comercio
Se veía venir cuando en 2011 se eliminó el Recurso Cameral Permanente, que suponía la principal fuente de financiación de las Cámaras de Comercio. Desaparecía este impuesto obligatorio en una Ley llamada “de medidas para fomentar la actividad empresarial y la creación de empleo”. Sin embargo, no se planteaba un plan alternativo de financiación lo que suponía para esta histórica institución, nadar a contracorriente huérfana de apoyos públicos. Las cosas cambiaban, y mucho, para las Cámaras de Comercio, que iniciaban un duro camino hacia la supervivencia.
Hoy debilitada financieramente, los trabajadores de la Cámara de Jaén secundan una huelga indefinida, ante las dificultades que supone llevar a cabo su trabajo sin obtener la más mínima retribución necesaria. No es justo que los trabajadores financien las desviaciones de tesorería de sus empresas. Es necesario que la administración pública busque solución a este problema y que las cámaras sigan prestando servicios al tejido empresarial de nuestra provincia, aprovechando el talento de su personal y las buenas instalaciones. Desde las cámaras se trabaja día a día, en el plan integral de apoyo a la competitividad del comercio minorista, en la educación en idiomas, y principalmente como agencia especializada en internacionalización de empresas. Hoy día, ante la ausencia de demanda interna, nuestra economía está en proceso de reestructuración, y las pymes ven en la orientación a los mercados internacionales la principal salida para el crecimiento. Aumentar las exportaciones contribuye a incrementar el tamaño, a ser más competitivas, a ajustar los costes, y principalmente actúa como paraguas anticrisis resistiendo mejor a ciclos económicos adversos al refugiarse en mercados menos afectados. Las empresas deben aprovecharse de este asesoramiento que da la Cámara. Igualmente, se debería dotar de nuevas y exclusivas competencias a esta institución, como un sistema de información mercantil o de investigación de mercados.
Rafael Peralta es economista