Calor familiar para festejar el nacimiento de Dios Hombre
Texto: Diana Sánchez Perabá / Fotografías: archivo
Aunque son muchos los embelesados ante una blanca Navidad moteada con el rojo de un tal Santa Claus, los jiennenses se resisten a sustituir su particular manera de festejar el nacimiento de Cristo. Más allá de la invasión de las grandes superficies y marcas de bebidas internacionales, no hay que olvidar que diciembre es un mes de alegría para los cristianos. Al fin y al cabo se celebra el cumpleaños de Dios Hombre con todo lo que este acontecimiento supondría para el resto de los creyentes en el Evangelio.

Aunque son muchos los embelesados ante una blanca Navidad moteada con el rojo de un tal Santa Claus, los jiennenses se resisten a sustituir su particular manera de festejar el nacimiento de Cristo. Más allá de la invasión de las grandes superficies y marcas de bebidas internacionales, no hay que olvidar que diciembre es un mes de alegría para los cristianos. Al fin y al cabo se celebra el cumpleaños de Dios Hombre con todo lo que este acontecimiento supondría para el resto de los creyentes en el Evangelio.
De todos modos, aunque no deja de ser una fiesta religiosa, el espíritu humano supera al místico de manera que es la familia el nexo de unión. Pues, así como se celebra el aumento de la familia de Dios padre y la del carpintero José, es en estas fechas cuando hermanos, padres, hijos, nietos, abuelos y tíos se citan alrededor de la mesa en la calificada como Nochebuena. Una víspera alumbrada por el positivismo de la gente que se deja llevar por la esperanza y se embriaga con copas de amor. Sin embargo, en Jaén, como muchos rincones de Andalucía oriental, la Navidad se festeja con especial fervor en un ambiente especialmente familiar. De hecho, no se limita a la cena del día 24, en la que la cultura popular y la chispa de cada miembro se unen en un hermanamiento espontáneo pero, sobre todo, alegre. De la tradición se mantienen, especialmente, la elaboración de los dulces, así como la disposición del banquete casero. Una labor nada fácil, tanto en el plano organizativo, como en el económico (y más con los tiempos que corren, que, por otra parte, ya se transitaron en otra época y la celebración no llegó a ser menos feliz). Con la gastronomía como uno de los símbolos más representativos de las fiestas, en la que los más mañosos y desenvueltos en la cocina tendrán su momento de gloria, también lo encuentran aquellos amantes de los villancicos. No se trata de dar el do de pecho con los mejores tonos vocales y demostrar la capacidad cantarina, sino más bien de animar con las letras de estos cantares al ritmo de todo un repertorio de instrumentos improvisados, muchos de ellos tomados de la propia cocina, como el almirez y la botella de anís. Por otra parte, los más “graciosillos” de la estirpe siempre tendrán su estrella con el turno de los villancicos más pícaros. Porque la Navidad no es solo blanca, ya que tienen cabida todos los colores, incluso el verde.
Ya sea al calor de una chimenea en una casa o con la agradable calefacción de un brasero bajo la mesa camilla, los jiennenses prefieren dedicar esa noche a la familia, a regalar sonrisas y alguna que otra lágrima endulzada para los seres queridos. Después del “atracón” de todo tipo de manjares, entre los que el aceite de oliva virgen es un clásico, hay quien prefiere vivir la Navidad desde la oración en el templo jiennense más representativo: la Catedral. Allí, la Misa del Gallo atrae a un numeroso grupo de fieles.
Por otra parte, los más jóvenes se pertrechan para seguir la fiesta en la calle. Sin embargo, en la actualidad, apenas se aprecian esos grupos de muchachos que se hacían con las calles, como si del Carnaval se tratara, donde cantaban y bailaban, incluso, ocultados con máscaras. Ahora, la fiesta se dirige hacia los pubs y discotecas que se convierten en punto de encuentro, como un sábado más, en el que los villancicos suenan entremezclados con la última de Bisbal, el “single” de Lady Gaga o el clásico que nunca falla en toda celebración: Paquito, el Cocholatero.
En una provincia rica por sus tradiciones, la Navidad se corona con sus costumbres, para aliviar a los jiennenses y devolverles un rayo de esperanza, en la que la alegría y el amor permanezcan el resto del año.
LETRILLAS - VILLANCICOS - JAÉN
Si el castillo de Jaén
Si el castillo de Jaén
se volviera de alfajor,
todos lo llevaríamos
a comer al Niño Dios.
Ande, ande, ande
la marimorena,
ande, ande, ande
que es la Nochebuena.
Fíjate qué rubia,
mira qué morena,
¡ay, qué buena noche
que es la Nochebuena!
Pero mira cómo beben
los peces en el río,
pero mira cómo beben
por ver a Dios nacido.
Beben y beben
y vuelven a beber
los peces en el río
por ver a Dios nacer.
Gatatumba
Gatatumba, tumba, tumba
con panderos y sonajas
gatatumba, tumba, tumba,
no te metas en las pajas,
gatatumba, tumba, tumba
con el pito y el rabel,
gatatumba, tumba, tumba
tamboril y cascabel.
La señá Pascuala
La señá Pascuala
se puso a freír huevos,
por ser más curiosa
fue y se puso en cueros.
Le saltó una chispa
en el “ruiseñor”,
la señá Pascuala
se lo achicharró.
Acudid, pastores,
acudid, por Dios,
que se prende fuego
en el “ruiseñor”.
Si el niño tiene frío
Si el Niño tiene frío,
le pondré mis calzones.
Que se los ponga el Niño
aunque le estén culones.
Olé, con el cascabelito, olé.
Si el Niño tiene frío,
le pondré mi chaqueta.
Que se la ponga el Niño
aunque le esté muy suelta.
Olé, con el cascabelito, olé.
Al quiriquiquí
Al quiriquiquí,
al quiriquicuando,
de aquí no me voy
sin el aguilando.
Si no me das el aguilando
al Niño le voy a pedir
que te dé un dolor de muelas
que no te deje dormir.
Al quiriquiquí (...) .
En el Portal de Belén
En el Portal de Belén
hay un marrano colgado:
el que quiera longaniza
que vaya y le corte el rabo.
Ande, ande, ande
la marimorena,
ande, ande, ande
que es la Nochebuena.
En el Portal de Belén
hay un viejo haciendo botas
y se le escapó la lezna
y se pinchó las pelotas.
Ande, ande, ande (...)
En el Portal de Belén
hay un viejo haciendo gachas
y con la rasera está
echándole a las muchachas.
Ande, ande, ande (...)
En el Portal de Belén
hay un viejo haciendo migas,
se le escapó la rasera
y acudieron las hormigas.
Ande, ande, ande (...)
En el Portal de Belén
hay un viejo, y yo lo vi,
con un papel en el culo
diciendo: “Besadme aquí”.
Ande, ande, ande (...)
María Zambullo
Cuatro pastorcillos
en una montaña,
que cenando estaban
en una cabaña,
ha venido un ángel
que los ilumina
y los encamina
a Belén llegar.
La, lará, lalá, / la, la, la, la, la, la, lará, lalá, / la, la, la, la, la la.