Calor familiar para festejar el nacimiento de Dios Hombre

Texto: Diana Sánchez Perabá / Fotografías: archivo
Aunque son muchos los embelesados ante una blanca Navidad moteada con el rojo de un tal Santa Claus, los jiennenses se resisten a sustituir su particular manera de festejar el nacimiento de Cristo. Más allá de la invasión de las grandes superficies y marcas de bebidas internacionales, no hay que olvidar que diciembre es un mes de alegría para los cristianos. Al fin y al cabo se celebra el cumpleaños de Dios Hombre con todo lo que este acontecimiento supondría para el resto de los creyentes en el Evangelio.

    23 dic 2012 / 10:01 H.

    De todos modos, aunque  no deja de ser una fiesta religiosa, el espíritu humano supera al místico de manera que es la familia el nexo de unión. Pues, así como se celebra el aumento de la familia de Dios padre y la del carpintero José, es en estas fechas cuando hermanos, padres, hijos, nietos, abuelos y tíos se citan alrededor de la mesa en la calificada como Nochebuena. Una víspera alumbrada por el positivismo de la gente que se deja llevar por la esperanza y se embriaga con copas de amor. Sin embargo, en Jaén, como muchos rincones de Andalucía oriental, la Navidad se festeja con especial fervor en un ambiente especialmente familiar. De hecho, no se limita a la cena del día 24, en la que la cultura popular y la chispa de cada miembro se unen en un hermanamiento espontáneo pero, sobre todo, alegre. De la tradición se mantienen, especialmente, la elaboración de los dulces, así como la disposición del banquete casero. Una labor nada fácil, tanto en el plano organizativo, como en el económico (y más con los tiempos que corren, que, por otra parte, ya se transitaron en otra época y la celebración no llegó a ser menos feliz). Con la gastronomía como uno de los símbolos más representativos de las fiestas, en la que los más mañosos y desenvueltos en la cocina tendrán su momento de gloria, también lo encuentran aquellos amantes de los villancicos. No se trata de dar el do de pecho con los mejores tonos vocales y demostrar la capacidad cantarina, sino más bien de animar con las letras de estos cantares al ritmo de todo un repertorio de instrumentos improvisados, muchos de ellos tomados de la propia cocina, como el almirez y la botella de anís. Por otra parte, los más “graciosillos” de la estirpe siempre tendrán su estrella con el turno de los villancicos más pícaros. Porque la Navidad no es solo blanca, ya que tienen cabida todos los colores, incluso el verde.
    Ya sea al calor de una chimenea en una casa o con la agradable calefacción de un brasero bajo la mesa camilla, los jiennenses prefieren dedicar esa noche a la familia, a regalar sonrisas y alguna que otra lágrima endulzada para los seres queridos. Después del “atracón” de todo tipo de manjares, entre los que el aceite de oliva virgen es un clásico, hay quien prefiere vivir la Navidad desde la oración en el templo jiennense más representativo: la Catedral. Allí, la Misa del Gallo atrae a un numeroso grupo de fieles.
    Por otra parte, los más jóvenes se pertrechan para seguir la fiesta en la calle. Sin embargo, en la actualidad, apenas se aprecian esos grupos de muchachos que se hacían con las calles, como si del Carnaval se tratara, donde cantaban y bailaban, incluso, ocultados con máscaras. Ahora, la fiesta se dirige hacia los pubs y discotecas que se convierten en punto de encuentro, como un sábado más, en el que los villancicos suenan entremezclados con la última de Bisbal, el “single” de Lady Gaga o el clásico que nunca falla en toda celebración: Paquito, el Cocholatero.
    En una provincia rica por sus tradiciones, la Navidad se corona con sus costumbres, para aliviar a los jiennenses y devolverles un rayo de esperanza, en la que la alegría y el amor permanezcan el resto del año.



    LETRILLAS - VILLANCICOS - JAÉN

    Si el castillo de Jaén
    Si el castillo de Jaén
    se volviera de alfajor,
    todos lo llevaríamos
    a comer al Niño Dios.

    Ande, ande, ande
    la marimorena,
    ande, ande, ande
    que es la Nochebuena.

    Fíjate qué rubia,
    mira qué morena,
    ¡ay, qué buena noche
    que es la Nochebuena!

    Pero mira cómo beben
    los peces en el río,
    pero mira cómo beben
    por ver a Dios nacido.

    Beben y beben
    y vuelven a beber
    los peces en el río
    por ver a Dios nacer.

    Gatatumba
    Gatatumba, tumba, tumba
    con panderos y sonajas
    gatatumba, tumba, tumba,
    no te metas en las pajas,

    gatatumba, tumba, tumba
    con el pito y el rabel,
    gatatumba, tumba, tumba
    tamboril y cascabel.


    La señá Pascuala

    La señá Pascuala
    se puso a freír huevos,
    por ser más curiosa
    fue y se puso en cueros.
    Le saltó una chispa
    en el “ruiseñor”,
    la señá Pascuala
    se lo achicharró.

    Acudid, pastores,
    acudid, por Dios,
    que se prende fuego
    en el “ruiseñor”.

    Si el niño tiene frío
    Si el Niño tiene frío,
    le pondré mis calzones.
    Que se los ponga el Niño
    aunque le estén culones.
    Olé, con el cascabelito, olé.

    Si el Niño tiene frío,
    le pondré mi chaqueta.
    Que se la ponga el Niño
    aunque le esté muy suelta.
    Olé, con el cascabelito, olé.

    Al quiriquiquí
    Al quiriquiquí,
    al quiriquicuando,
    de aquí no me voy
    sin el aguilando.

    Si no me das el aguilando
    al Niño le voy a pedir
    que te dé un dolor de muelas
    que no te deje dormir.

    Al quiriquiquí (...) .

    En el Portal de Belén
    En el Portal de Belén
    hay un marrano colgado:
    el que quiera longaniza
    que vaya y le corte el rabo.

    Ande, ande, ande
    la marimorena,
    ande, ande, ande
    que es la Nochebuena.

    En el Portal de Belén
    hay un viejo haciendo botas
    y se le escapó la lezna
    y se pinchó las pelotas.

    Ande, ande, ande (...)

    En el Portal de Belén
    hay un viejo haciendo gachas
    y con la rasera está
    echándole a las muchachas.

    Ande, ande, ande (...)

    En el Portal de Belén
    hay un viejo haciendo migas,
    se le escapó la rasera
    y acudieron las hormigas.

    Ande, ande, ande (...)

    En el Portal de Belén
    hay un viejo, y yo lo vi,
    con un papel en el culo
    diciendo: “Besadme aquí”.

    Ande, ande, ande (...)

    María Zambullo
    Cuatro pastorcillos
    en una montaña,
    que cenando estaban
    en una cabaña,

    ha venido un ángel
    que los ilumina
    y los encamina
    a Belén llegar.

    La, lará, lalá, / la, la, la, la, la, la, lará, lalá, / la, la, la, la, la la.